Algo insignificante

537 Words
-Nada más eso pudiste avanzar, ashh, que inútil por eso tus padres te abandonaron, solo por esta vez te lo dejare pasar, ven te llevare al comedor y en cuanto termines de desayunar, terminas aquí - con cuidado baje del banquillo y camine detrás de ella hasta llegar al comedor, ya estaban reunidos los niños en varias mesas. -Busca donde sentarte, a tu lugar se te llevara de comer - A lo lejos en una mesa apartada estaban andrés, esteban y beltrán haciéndome seña, camino hasta ellos con paso lento. -Ven siéntate a mi lado- dijo andrés haciendo espacio para que me sentara. -Que tienes, ¿por qué tiemblas? - dijo Beltrán acercándose a mi. -Tengo mucho frío, mis manos me duelen - Dije cubriendo mis manos debajo de mi blusa y apunto de llorar. -A ver déjame ver - Beltrán tomó mis manos y las miró. -Están rojas y frías, que te puso hacer la hiena? - unió mis pequeñas manos junto con las suyas y con su aliento me las empezó a calentar. -Me dijo que lavara los trastes y después que termine que barra y trapee - -Maldita vieja, un dia se las cobraremos - Estaban limpio mis lágrimas que salia de mis ojos con sus muñeca. -No te preocupes, nosotros orita iremos a ayudarte - Todos se quedaron callados al momento, un silencio se hizo, estaban repartiendo ya el desayuno, solo era un poco de sopa y un pan duro, solo me lo quede viendo, era tan poquito. -Come, no puedes desperdiciar la comida, es lo único que nos dan- Sin más lo empecé a comer, no sabia bien pero tenia mucha hambre, al terminar llego nuevamente teresa. -Rápido camina, necesito que termines tu trabajo - dijo teresa con tono fuerte. Con miedo me levanté, volteo a ver a los niños, ellos me sonrieron y en susurro me dijeron que fuera, al estar en la cocina me puse a terminar a lavar los restantes trastes que habian, mis lágrimas salian por el dolor de mis manitas, solo tuve que llorar en silencio, después de un rato por una de las ventanas entraron los niños. -Te dijimos que vendríamos a ayudarte, baja de hay - dijo andrés bajandome del banquillo. -Ten, come esto, se veía que aun tenias hambre - Beltrán me entrego un pan de dulce, mi boca se hizo agua al momento realmente tenía hambre. -Gracias - le dije aun llorando con sentimiento. Esteban se me acercaron y me hizo qué me sentara en la mesa, me dio una sonrisa calida y limpio mis lágrimas. -Ya no lloros si, come en que nosotros te ayudamos, descasa - Los niños se pusieron a limpiar rápidamente, unos se puso a barrer, otro a lavar los trastes y el ultimo a trapear, terminaron rápido, dejaron todo limpio en menos de una hora. -Listo, con esto, hiena no te molestara en todo el día - -dejame ver tus manos, a ver como siguen- andres reviso mis manos, aun seguian rojas e hinchadas. -Se miran mal, deberíamos conseguir algo para quitar la hinchazón - -Pero donde, si le decimos a la hiena - -Estas loco o que, sabes que ella no hace gasto por algo insignificante -
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