Las semanas y meses pasaron las clases fueron aburrida y más con máximus como compañeros que no me dejaba de mirar o tirar esas bolas de papel, aunque lo ignorara más me molestaba y siempre con esa sonrisa de idiota qué traía en su rostro, tenía ganas de romperle la cara pero no quería causar problemas. -Este imbécil tarde o temprano me hartara -. Dije a trinity en voz baja y tono molesto, me daba dolor de cabeza de solo verlo y escuchar esa estúpida voz fingida de hombre maduro. -¿y por que no les dices a tus hermanos?, ellos lo pondrán en su lugar-. Era buena idea, ellos de seguro le darían una lección qué jamás olvidaría pero no quería preocuparlos, si de por sí me cuidaban dentro de la escuela ahora al saber que este me molestaba ya no prestarian atención a la escuela por proteg