GRETA Fue duro superar esto, era demasiado difícil para mi pero con ayuda de mis hermanos y amigos poco a poco fui recuperándome pero la felicidad y esa sonrisa aun no había vuelto a mi, pues estaba dolido mi corazón y no me sentía lista para dejar atrás ese dolor, cada día me quedaba afuera de casa sentada en la banqueta para sentir la brisa y el silencio, pasaba horas sin moverme ya no estaba esperanzada de que el iba a volver pero aveces imaginaba que el volvia, me abrazaba y decía lo mucho que me extraño al menos soñar no hacia daño. Después de que ya me sentía bien fuimos con mis hermanos a la notaria a recibir la herencia, escuchamos con atención la ultima voluntad del abuelo por mi estaba bien qué Andrés se hiciera cargo pues era el mayor y el que nos guiaba, confiamos plenamente