-Entonces que dicen, vienen conmigo - Los tres se quedaron mirandose y después a mi. -Si señor, nosotros nos gustaría, usted es una buena persona pero somos cuatro, no tres como ve - -Lo se, a mi no me importa que sean cuatro para mi es mejor una familia grande, así que vengan y de un abrazo a su nuevo abuelito - El señor extendió su brazos, mis hermanos estaban casi llorando y fueron a abrazarlo, yo me quedé parada sin saber qué hacer. -ven tu también, no tengas pena niña - Poco a poco me acerqué a él y también lo abracé, sentí un sentimiento de amor en él. -Vamos a casa, creo que tienen hambre- El señor octavio me cargó en brazo y con su mano libre sostuvo la de Andrés, Beltrán y Esteban iban a su lado, al llegar me bajo con cuidado, su casa era bonita y muy acogedora.