-Por favor señor, no le hagan nada, le juramos qué no toca o robamos algo de aquí - dijo Andrés abrazándome con fuerza. La risa del señor Octavio se escuchó, lo cual nos desconcertó. -Eres el niño que me ayudó con las bolsas ese día verdad - Andrés volteo a ver al señor confundido. - Es usted señor, no me diga que es dueño de este lugar- No entendía de qué hablaban, ellos se conocían. -No, era de mi hija pero me lo dejo a mi, ella…. acaba de fallecer - Dijo el señor octavio con tristeza. -Lo siento mucho señor - También el rostro de Andrés se volvió triste. -Esta bien, ya sabía que mi hija pronto moriría, dejando este asunto veo que tienes una niña detrás de ti, así que son 4- -Sí señor, ella es nuestra hermana pequeña greta - Me asomé un poco, aun sujeta de la camisa