10 meses después… Las semanas pasan a meses y ahora el hotel es casi irreconocible. Solo éramos cuatro mujeres rebeldes con tres bebés en remolque haciendo lo que pensé que era imposible cuando comenzamos. A veces, parecía que no había fin a la vista y todos queríamos rendirnos. Arreglábamos una cosa, encontrábamos otro problema; sin embargo, lo logramos. Ahora, aquí estamos, cuatro días antes de que el inspector de salud y seguridad salga a revisar nuestro progreso nuevamente. La primera vez que vino, nos dio una lista de problemas y se rió cuando le dijimos que solo nosotras lo estábamos arreglando. Sacudió la cabeza y dijo que era imposible y que el lugar debería ser demolido. Casi ha pasado un año desde entonces. En ese tiempo, hemos arreglado todas las habitaciones del hotel y las