Gian no se sentía seguro cerca de Joon Ho, no obstante, en el último tiempo había tenido que acostumbrarse a su presencia, ya que el soldado se había mantenido a su alrededor mucho más que antes, recordándole una y otra vez que ellos estaban casados, pero no parecía ser al único que lo hacía, sino al pueblo entero, porque ya había perdido la cuenta de cuantas veces tuvo que caminar por las calles de este tomando el brazo de su esposo, o de las reuniones sociales a las que se vio obligado a asistir. Incluso los besos parecieron volverse algo más frecuente y de los que Gian sentía que no se podía quejar, después de todo, era su esposo. Lo único que el doncel tenía claro, era que esa actitud de Joon Ho había comenzado desde su primer encuentro con Shaoran, y que empeoró cuando este decidió v
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