Había pasado una semana desde que despertó, y todo ese tiempo tuvo que quedarse en cama bajo el cuidado de Geum Hee, quien era la que se encargaba de revisar su herida y darle infusiones para que el dolor de esta disminuyera y fuera soportable. Pero no solo ella había estado cuidando de él, sino que el médico del pueblo también iba a diario a revisarlo y asegurarse de que la herida iba sanando poco a poco. Gian no sabía cómo tomarse todos esos cuidados, porque se suponía que para ese momento él debería de ya haber muerto, claro, si Joon Ho hubiera cumplido su promesa, y si no quería ser él quien se ensuciara las manos con su muerte, después de que su hijo naciera, pudieron dejar que muriera, ya que el doncel pensaba que con la herida tan grande que atravesaba su vientre, era imposible de