Me sentía completamente nervioso ante el hecho de conocer a los padres de Chiara. Conocer a su madre me hizo acordarme de mi madre y su manera tan extrovertida de ser. Su padre aunque más serio y callado me pareció también un buen hombre. Tenía que demostrarle lo buen hombre que era, para que al menos estén tranquilos sabiendo que su hija se encuentra en buenas manos. Ella había cambiado mi vida de manera que me me proporcionaba paz hasta en los momentos más grandes de caos. Ella era la mujer que quería para compartir mi vida. —¿Adams? —Su voz me saca de mis pensamientos. —Lo siento cariño, ¿Qué decías? —Que luces bastante nervioso —Sonríe —. Relájate, solo será un desayuno. —Con tus padres. —No tienes de que preocuparte. El timbre suena, ella suspira y se acerca a la puer