Llegue al restaurante, mire el lugar en busca de Alex y la encontré sentada en una de las mesas, con una copa de vino tinto, mientras anotaba unas cosas en su libreta.
Camine hacia ella, para luego ellas mirarme y levantarse para darme un beso en la mejilla y un abrazo. Tome asiento al igual que ella. El mesero me trajo una copa de vino, para luego retirarse.
- ¿Qué tal tu día en el trabajo?
- Pues muy bien ¿y el tuyo Alex?- Señalando su bata blanca.
- Pues estresante, pero bueno. Por cierto te traje un presente.
Ella introdujo su mano en el bolso y saco una cajita de color n***o y me la dio. Lo abrí y era una pequeña estatuilla de cristal de un ciervo, a lo cual sonreí al verlo.
- En serio... ¿Es para mí?
- Si Elena.- Dijo regalándome una sonrisa cálida.
- Recordaste que me gustan los ciervos.
- Si Ele, te lo compre para que lo colocaras en tu oficina o tal vez en casa.
- La colocare, en la mesa al lado de mi cama.
Ella me regalo una sonrisa encantadora, esa típica sonrisa que me daba en secundaria que simplemente me encantaba. Yo le sonreí de vuelta. Luego de un momento llego el mesero y tomo nuestra orden. Seguimos charlando de trivialidades, mientras hablábamos me daba cuenta que era la chica de la cual yo me había enamorado, inteligente, encantadora, alegre, carismática, protectora, interesante. Luego de un momento, llego el mesero con nuestras órdenes. Y comenzamos a comer.
Terminamos de comer, obligue a Alex a que me dejara pagar la cuenta, la pague y salimos de allí.
- Alex ¿a qué hora sales del trabajo?
- A las 6:00 pm ¿y tú?
- A las 5:30pm, te invito a desayunar mañana, ¿te parece?
- Me parece excelente.
Ella me dio un beso en la mejilla, me regalo una sonrisa y subió a su auto, para luego alejarse y desaparecer al doblar la cuadra. Camine a mi auto y subí a él para conducir de vuelta al trabajo. No dejaba de pensar en esto, yo había almorzado con el amor de mi vida, literalmente estaba anonadada, no sabía que pensar, mi mente era un laberinto oscuro y tormentoso que con cada rayo iluminaba por un instante el laberinto, y justo en ese instante, solo la podía ver a ella. Llegue al trabajo y al entrar a la oficina, llame a Camila, para que trajera un café y tal vez unas galletas. A lo cual al poco tiempo ella me lo trajo.
Seguí trabajando en los casos de mi escritorio, anotaba en el pizarrón mis próximos juicios, hacia mis anotaciones en mi agenda y planeaba mis estrategias. Luego de un rato me detuve y bebí algo de café, comí una de mis galletas y mire por el gran ventanal de mi oficina. Y simplemente observe la ciudad.
Ya eran las 5:30 pm, tome mis cosas y Salí de mi oficina, me despedí de Camila y baje al estacionamiento, al llegar subí a mi auto y conduje hacia una tienda de antigüedades, recordé que a Alex le gustaban las rosas azules y pues tenía en mente de que le compraría. Al llegar me estacione enfrente de la tienda, entre y encontré una rosa azul de cristal, dentro de una caja de vidrio y madera, la tome y procedí a pagar el regalo, le compre una caja y guarde adentro el regalo, la cerré y escribí una nota.
"Gracias por el regalo, espero que te agrade el mío, tanto como me agrado el tuyo. Feliz primer día de trabajo Bonita."
Guarde el regalo en mi bolso, Salí de la tienda y subí a mi auto, para conducir a casa, mientras conducía pensaba en como entregarle el regalo de una forma no poco común.
Luego de un rato por fin llegue a casa, me di una ducha y me coloque ropa cómoda, Coloque mi abrigo en el perchero y mi bolso en mi oficina, Tome mi celular, el regalo de Alex y lo coloque en la mesa del comedor. La estatuilla la coloque en la mesa al lado de mi cama, Aun no descubría como le daría el regalo a Alex. Le coloque comida y agua a Chloe.
Me senté en el sofá y Chloe se recostó a mi lado, como rayos le entregare eso a Alex.