- Tenía que decir que era tu esposa, para poder subir rápidamente Ele. - Pues, fue una buena excusa. - La verdad es que vine a desayunar contigo aquí, tengo libre, ya que salí de una cirugía - ¿En serio? - Si, Imagine que morías de hambre, conociéndote no desayunaste - No te equivocas. Me levante y me senté en el sofá enfrente de ella, y solo la miraba mientras ella de una gran bolsa, sacaba donas, tostadas y pastel, saco dos botellas de jugo de naranja y dos café, me encantaba lo detallista que ella podía ser, tal vez soy alguien a quien necesitan que cuiden. - Pues creo que traje todo. - La verdad es que si, hasta jugo de naranja. Comenzamos a comer y a platicar de algunas cosas de trabajo. - Me gusta tu oficina, tiene una linda vista. - Si, la verdad es que de noche es aún má