—¿Qué? – —Las llaves de su auto— repitió por tercera vez un hombre al ofrecerle el objeto — El señor Cedrick me ordenó traerlo a esta dirección — dijo y confirmó que era el lugar correcto —… ¿es usted Prince Aura? — terminó por preguntar ante el asombro de la joven. —S-si… soy yo, pero… ¿qué le hicieron a mi auto? — preguntó con sorpresa al salir a la calle y verlo. —Hicimos lo que pudimos — confesó el hombre con pinta de mecánico — Realmente es un auto antiguo… descontinuado, insistimos al joven que sería mejor sustituirlo por un modelo reciente, pero él insistió reparar este — confesó el hombre. Aura entonces lo volteó a ver y mientras él le estiraba la mano para que tomara las llaves, ella observó en el uniforme beige de trabajo, la impresión del nombre de la empresa de