Al día siguiente día domingo que no se laboraba, Luciano acudió a ver a Grecia para recordarle que él estará en la vida de su hijo, así que fue a casa de ella. —Grecia— Hola, buen día! Pasa por favor. —Luciano— Cómo estás? —Grecia— Con unas náuseas horrible. —Luciano— Es algo normal, ya fuiste al médico? —Grecia— Si, ya fui! Y todo está muy bien pero aún no sé el sexo del bebé. —Luciano— Quizás el mes próximo sepamos el sexo, me gustaría acompañarte a la cita. —Grecia— Te mantendré informado. —Luciano— Me gustaría que habláramos sobre cómo llevaremos este proceso de embarazo! —Grecia— Pues debería de ser de lo más normal, o a que te refieres? —Luciano— Veras, sabes que no puedo casarme contigo porque ya estoy casado, lamento mucho lo que dirá la gente y lo que tus padres pensarán