Durante los próximos días Luciano solo me dirigía la palabra para hablarme de trabajo, cada día ese silencio me estaba haciendo saber que me había enamorado sin mediar palabras de amor. En conjunto con los organizadores de eventos de la empresa preparamos una fiesta de domingo por haber cerrado un enorme contrato millonario, todos los empleados estábamos en aquel lugar, el evento se preparó en un hotel Todo incluido. —Arlin— Está muy lindo el hotel. —Maritza— Está hermoso, este hotel es divino. —Arlin— Por que mintió no vino? —Maritza— Dice que esto no es para él y te diré algo a veces eso me cansa, solo quiere estar en el despacho, no salimos ni siquiera. —Arlin— Estas consciente de que mi tío ya es muy mayor, así que lo elegiste a él pero te diré algo si sientes que no puedes con