Confesiones

1006 Words
Estuve fuera de la oficina durante 7 días, así que al volver al país lo primero que hice fue ir a la oficina, me sentía desesperada por ir allí. Fui a la pequeña oficina de Luciano directamente, al abrir la puerta ahí estaba el sentado en su pequeño escritorio. Luciano me miró y se puso de pies, sin mediar una palabra nos acercamos y nos abrazamos, uff pero que nerviosa me sentía. —Luciano— Como le fue señorita? —Arlin— Bien y a ti cómo te ha ido? —Luciano— Aquí las cosas marchan muy bien. —Arlin— Y cómo está tu salud? —Luciano— Estoy bien! —Arlin— Bueno, lo veo más tarde! Me pondré al corriente con todo. —Luciano— Si me necesita llámeme. Salí d Elva oficina de Luciano, sentí un poco de temor bastante inexplicable. Estuve trabajando durante la mañana, decidí no salir a comer para ponerme al corriente con tantos pendientes de trabajo, mientras pensaba que estaba sola Luciano entró a la oficina con comida en mano. —Luciano— Le traje algo para que coma. —Arlin— Gracias Luciano, no debiste de haberte molestado. —Luciano— No es nada. —Arlin— Luciano tengo que decirle que durante estos siete días lo extrañé. —Luciano-a A caso bromea conmigo ? —Arlin— Se lo digo en serio, no sé cómo es que siento esto pero lo siento. —Luciano— La verdad es que la extrañé, reconozco que a veces es difícil de manejar pero tiene su lado bueno. —Arlin— La verdad Luciano qué hay cosas que hacen que cambiemos. —Luciano— Por que lo dice? —Arlin— Es mejor no hablar de eso. —Luciano— Entiendo, señorita aún no puedo asimilar lo que sucedió la otra noche, de verdad me siento muy apenado. —Arlin— Quedamos en que íbamos a olvidar eso, aunque le confieso que fue la mejor noche de toda mi vida. —Luciano— Lo dice en serio? De repente me levanté de mi silla y me acerqué a Luciano quien aún permanecía de pies, sin esperar una palabra besé sus labios, fue un beso correspondido. —Luciano— Usted me tiene loco, jamás siente que llegaría la mujer que me hiciera sentir así. —Arlin— Desde aquel día que tropezamos algo removió dentro de mi. —Luciano— Me atreví a decirle que la amo. —Arlin—Yo también me atrevo a decirle que lo amo. —Luciano— Pero esto no puede ser! Luciano se alejó de mi. —Arlin— Lo se, usted está comprometido, esta a punto de casarse. —Luciano— Así es, pronto me caso y no puedo permitir que este sentimiento termine con una relación de más de 6 años. —Arlin— Lo entiendo y no se preocupe que no me voy a oponer en sus decisiones. —Luciano— Mejor me retiro. —Arlin— Si, está bien! Luciano salió de la oficina, me quedé pensando en el error que cometí al decirle esas palabras, pero que tonta soy! Pasó el día y consigo llegó la hora de salir de la oficina, al momento de irme me sentí un poco mareada pero sabía que eran por los malestares del embarazo, pronto tendría que casarme y olvidarme completamente del amor. Cuando iba de salida unas de las empleadas me preguntó que si iría a la fiesta sorpresa de Luciano por su cumpleaños. Realmente no sabía que ese era el día de su santo, y por supuesto que dije que iría. La fiesta era en un pequeño bar donde siempre acudían en compañeros. Antes de llegar decidí comprar un regalo porque sabía que no podía ir con las manos vacías. Todos estábamos reunidos esperando que Luciano llegara, y cuando lo hizo todos le dijimos SORPRESA Y CANTANOS FELIZ CUMPLEAÑOS. —Luciano— Muchas gracias por tenerme pendiente, gracias a todos. —Arlin— Bueno por motivo del cumpleaños de Luciano, yo invito las copas de hoy, mañana es domingo y no se trabaja, jaja. Todos empezaron a agruparse o a buscar con quien se sentía mejor, me acerqué a Luciano y lo abracé por motivos de su cumpleaños. —Arlin— Muchas felicidades, te traje un regalo. —Luciano— Gracias, no se hubiera molestado! Luciano abrió su regalo, era un reloj inteligente que le permitía manejar sus acciones del celular en él. —Arlin— Espero que te guste! —Luciano— No se hubiera molestado, muchas gracias. Luciano me abrazó y justo en ese momento llegó su novia. —Grecia— Quieres soltar a mi prometido? —Arlin— Disculpa, solo lo felicitaba! —Grecia— Pues ya suéltalo. —Luciano— No tienes por que hablarle así! —Grecia— La estás defendiendo? Y por cierto deberías de ir al gym o comer menos porque estás gorda. —Arlin— Con su permiso! Voy con Maritza. Dejé solos a Luciano y a su prometida y fui directo a donde Maritza. —Maritza— Qué pasó allí? —Arlin— Su novia! Es bastante celosa! —Maritza— Es bastante celosa, y no se le despega! Dime la verdad te estás enamorando de él? —Arlin— no puedo mentirte, siento cosas por el que no tienen explicación, no entiendo cómo esto ha pasado! —Maritza— El es un hombre encantador y créeme que has sido la única persona en la que él se ha fijado porque también es notorio que aunque sea le gusta. De repente vi que Grecia venía hacia nosotras. —Grecia— Eres la jefa de mi futuro esposo, solo eso! Él no tiene ojos para nadie que no sea para mi. —Arlin— no se por que me dice eso? —Grecia— Es notorio que te gusta mi novio pero de una vez te digo que lo defenderé con uñas y dientes, no solo de ti, si no de quien sea!
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