—Bien—, digo, sonriendo como si me importara mucho menos de lo que realmente me importa. —Si quieres hacer toda la 'experiencia gastronómica burguesa, falsa y europea', entonces hay miles de chefs que podrían hacer eso por ti. ¿Quieres hacer un restaurante que sea como ‘Cuchillo’? ¿Como una docena de otros lugares de la ciudad? Adelante. Pero no te sorprendas si la gente sigue eligiendo comer en ‘Cuchillo’. —Eso—, dice Adriel, señalándome, con fuerza en su voz ahora que encuentra su punto de vista. —Vamos a hacer algo totalmente único, totalmente diferente. Y lo haremos tan bien que no querrás volver a comer caviar. —Imaginen esto—, me metí. —Uno va a cenar a ‘Cuchillo’, donde hay que hacer fila durante cuarenta minutos antes de sentarse en una mesa estrecha donde pasas las siguientes do