BALTHAZAR Los caballos nunca fueron lo mío, pero, verla tranquilizar a uno, ponerles nombre fue algo de admirar, es tan pequeña y se ve tan frágil que no esperas que dome una bestia como esa. Los caballos ya estaban todos en sus compartimientos y nosotros procedimos añadir los dos nuevos y juntos porque Teine se había puesto nervioso cuando lo alejamos un poco de Faic, así que los juntamos en el último que era más espacioso. Llegamos en silencio a la casa grande y ya todos estaban durmiendo, pero nos dejaron pastel de carne en el horno así que lo calentamos y nos sentamos a comer. —Gracias por ayudarme con los caballos —nos agradece Cassidy. —No es nada, fue… Divertido— explique lo mejor que pude sin ponerme en evidencia —¿Llevas mucho trabajando aquí? —le pregunté al chico callad