CONOCER
BALTHAZAR
Me veo en el espejo de mi habitación y gruñó enojado por mi estado deplorable, cuando me levante esta mañana a tomar mi café y ver como inician el día no me espere que yo ayudara el en nacimiento de ese potrillo ni mucho menos terminar lleno de una sustancia asquerosa. Me voy al baño de este piso y me quito toda la ropa y me baño al menos tres veces para quitarme esa sensación asquerosa de mi piel.
Me veo en el espejo mientras seco mi cabello n***o, pongo otra toalla alrededor de mis caderas y salgo estoy llegando a mi puerta cuando escucho un sonido estrangulado a mi espalda y me volteo, es Cassidy con la boca abierta viendo mi espalda y ahora mi torso desnudo y mojado como si cada gota recorriendo mi cuerpo le dijera un secreto.
Carraspeo para que me vea a la cara.
—Mi cara está justo aquí —señaló mi rostro y ella se sonroja furiosamente y levanta el mentón de manera obstinada.
—Ya lo se —espeta.
—¿Segura? —su mirada va de mi torso a mis labios, luego a mis ojos y por último se aventura por bajar su mirada un poco más y jodeeer, estoy a nada de no responder sino actuar —no lo parece ¿qué haces aquí Cassidy?
—Sí…, eeh… Vine porque quería ver si estabas bien. Sí, eso— balbucea tratando de convencerse ella.
Yo no le creo por como respira y esos lindos pezones se irguieron detrás de su camiseta se que esta excitada, levantó mi ceja y me le quedó viendo un rato que parece eterno, ella se frota los muslos enfundado en unos jeans y casi gruñó como un animal al que le niegan su comida.
La muñequita tiene esta aura de inocencia como si nunca la hubieran follado con ganas de hacer a su cerebro papilla y olvidar su nombre.
—No me veas así, nena —mi voz sale baja, ronca y autoritaria.
Su mirada sube rápidamente a los míos y estamos a tres metros de distancia pero es como si su mirada pudiera acariciarme y mi cuerpo empieza a responder a su mirada, esto no me había pasado antes.
—No estoy haciendo nada —murmura bajito.
—Estoy bien, ya bajo.
Me di media vuelta sin esperar respuesta porque otro segundo más y no respondía ni me hacía responsable de lo que esa mujer provoca en mí.
Me visto rápidamente mientras pienso en el nacimiento del pequeño animal y como me bañe en la placenta y mi erección baja rápidamente, me visto con otros jeans y polera, otros zapatos, tuve que botar toda la ropa incluyendo las medias, baje a la media hora de ver a a Cassidy y los veo a todos desayunando.
Parece que uno a los gemelos les tocaba cocinar, hay tostadas, huevo revuelto, tocino, café, y salchichas a la parrilla.
—Jefe le servimos porque sino se lo comen —me habla sonriente Jim, creo.
—Gracias — no sabia que tenía hambre hasta que el olor a comida llegó a mí.
Mis desayunos son un café con un sandwich que me compra Rita al llegar en su horario de trabajo y yo ya llevo como dos cafés. Me como la mitad de lo que me sirven y un chico de cabello color chocolate me ve y luego mi plato.
—¿Te lo vas a comer? —pregunta viendo que llevo rato sin comer —Soy Nicholas por cierto.
—Adelante —agarra mi plato antes de terminar la frase y suelto una risita.
—No comes mucho ¿no? —dice de manera despectiva, Duncan.
No le contestó y hago como sino existiera y eso lo saca más de quicio, en ese instante se escucha a alguien tocando la puerta y Cassidy se levanta de manera tranquila dándole una mirada de advertencia a Duncan.
—¿Cuántos días se queda jefe? —dice un rubio de ojos azules, carga una camisa de cuadros rojas y azules y unos jeans rotos —Soy Nicholas por cierto, el es Jim y Jack —señala a los gemelos de piel mocca y cabello ondulado, pero donde Jim es cabello corto a los lados y largo arriba y del lado derecho, Jack es todo afro enmarcando su rostro— este es Dylan —señala al delgado pero fuerte chico de cabello castaño claro y ojos oscuros y sonrisa amable —y bueno este idiota es Duncan. Hay dos trabajadores más pero vienen en temporadas altas.
—Mucho gusto a todos — les digo tomando café y con una señal de saludos —y a tu pregunta espero que el martes esté de vuelta o a finales de semana.
—Nunca lo habíamos visto— dice Jack, aunque se que no es en mal plan me tenso y miro la mesa fijamente sin responder.
—Callate y no seas curioso— suena un golpe y levanto la mirada viendo a Jack sobar se la cabeza y su hermano fulminandolo.
—No te preocupes, casi nunca vengo —alegó evadiendo el verdadero motivo— dirijo la compañía de papá ahora.
Duncan bufa y pone los ojos en blanco y me le quedó viendo.
—¿Tienes algún problema?
—Eres un niño de papi, nada te los has ganado como nosotros que trabajos día a día por un salario.
—Callate hombre— habla esta vez Dylan —así nunca lograrás que Cassy regrese a ti.
Ese comentario no me gustó nada, este imbecil tenía algo con Cassy, me parece demasiado idiota para que ella esté con él.
En ese instante se escuchan pasos y voces y aparecen Cassidy y otro hombre es alto ojos de acero y casi o más alto que yo, tiene un maletin en sus manos, un sombrero de vaquero, y una camisa de cuadros como parece ser la vestimenta de aquí.
—Buenos días, chicos— saluda a todos amable y todos le devuelven el saludo. —usted debe ser el dueño — me tiene la mano — soy Billy Mackinley el veterinario de los tres pueblos más cercanos.
—Debe tener mucho trabajo— le extiendo mi mano y correspondo su saludo —Balthazar Lennox.
Se sorprende un por mi nombre y se recupera rápidamente mientras me levanto y los acompañó a ver al potro y su madre.