MOSCÚ, RUSIA.
Esos ojos dominantes habían regresado.
Valery bajaba la mirada para observar a su esposa arrodillada ante sus pies. Al verla allí, recordó muy bien su primer encuentro y esos ojos grises, observándola mientras tomaba el m*****o en sus manos y lo chupaba con frenesí.
Él acariciaba su cabello.
Mantenía una sedosidad formidable y le gustaba sujetarla, para que lo viera mientras llenaba su boca de él y su longitud. La italiana vio a su marido arquear un poco el cuello, mientras soltaba una especie de ruido gozoso, a la par que ella daba lo mejor de sí, buscando complacerlo. Vamos, quería verla intentarlo.
—Khoroshiy sposob zanyat' rot, Malyshka (Buena forma de mantener tu boca ocupada)—le dijo en ruso, pensando en que la pondría a chupársela solo para calmar su insolenc
