—Ian. — dijo Samantha en un susurro, y notando un gruñido de parte de Matthew. Ian se acercó hasta ellos y la abrazó con fuerza. —¿Cómo estás princesa? ¿Qué haces aquí? No me avisaste que venías, hubiera mandado hacer algo especial para ti — Matthew sentía que se le subían las bilis al escucharlo. —Bien Ian, vine de visita, por un tiempo, ¿cuánto? aún no lo sé, y no te avisé porque quería darte una sorpresa cariño — le dijo Samantha con una sonrisa, mientras que Matthew se debatía en si sacarla a la fuerza y secuestrarla para que nadie la mirara o comportarse como debía, y para ser sinceros la primera opción estaba ganando. —Pues en serio, me las has dado, ¿Y en dónde está ese parásito que tienes como prometido? — Sam se ruborizó al escucharlo. — Anda en sus negocios, bien, ahora d