—Amor, a los primeros quince minutos que uno ve a una chica, ya tiene claro lo que quiere con ella y sabía que eras la correcta, aún lo sigues siendo. —vuelve sus besos a mi rostro—. Te amo.
Aún sentía esas mariposas cada vez que me decía que me amaba, lo adoraba con todo mi ser.
—Te amo Blake.
Ambos nos mirábamos, aún sentía amor entre nosotros, pero cuando estaba lejos, no sentía que su corazón estaba cerca de mí, tal vez porque estaba muy ocupado, pero me alegra de que lo recompense cuando está cerca, la verdad me preocupa cuando se va.
—Eres hermosa, ¿lo sabías? —me sonríe muy bobo y me recoge mi cabello.
—No, no lo sé —quería molestarlo un poco.
—¿Cómo no vas a saberlo? Si te lo hago saber en cada oportunidad. —besa mi nariz.
—Necesito más para no extrañarte tanto cuando te vas de viaje.
—Sabes que puedes venir conmigo preciosa. —Besa mi mejilla.
—Hoy no puedo bebé, tengo una reunión muy importante.
Era mentira, le tenía una sorpresa por los diez maravillosos años que hemos tenido juntos, quería que fuera mi turno, hacerlo tan especial como él me ha hecho sentir cada día, a pesar de que últimamente no nos vemos mucho, pero sé que se esfuerza y realmente lo valoro.
—Está bien, si es así, entonces me tocará consentir a esta belleza para que no me extrañe tanto.
—Yo también quiero darte un poco para que me recuerdes.
—¿Insinúas en hacer cochinadas señora Grant? —me mira perverso.
—¿Por qué no? Nos vemos muy poco y necesitamos más sexo.
—Siempre tenemos sexo Kath. —Se ríe.
—Pues necesito más —hago un puchero.
—Trataré de tener más días contigo, para más sexo contigo o podrías venir conmigo para más sexo. —Besa mi barbilla.
—¿Y ahora? Antes de tu viaje y para la suerte de mi reunión.
—Tengo algo muchísimo mejor. —Se quita de encima y yo me siento.
Toma una comida en la mesita de noche, donde también había unos girasoles, adoro los girasoles.
—Un desayuno perfecto para una chica perfecta…
—Creo que cada día debería ser nuestro aniversario.
Lo hago reír.
—Siempre te consiento, no exageres.
—¿A que se debe que primero quieres desayunar y después comer el postre?
—Solo quiero ser romántico Kath, ¿no crees que tenemos mucho sexo?
—¿Quién eres y qué hiciste con Blake? Mi Blake no se cansaría del sexo conmigo.
—No estoy cansado del sexo preciosa, solo que quiero hacer algo diferente, ¿por qué quieres tener más sexo ahora que antes? No te quejabas cuando no lo teníamos, pero te daba momentos románticos.
—Porque esos momentos románticos acabábamos teniendo sexo siempre.
—Pues hoy no habrá sexo.
Me cruzo de brazos algo indignada, ¿Cuál era mi insistencia? Quería darle un bebé, él no sabe o no recuerda que ya estamos para tener uno y quiero sorprenderlo, sé que eso lo haría muy feliz, por eso quiero tener sexo a cada rato, quiero tenerlo ya.
—¿Por qué?
—Porque si lo tenemos, llegarás tarde a tu reunión, ¿no? Ambos sabemos que damos más de un round.
—De acuerdo, pero cuando en la noche, sin falta —lo señaló con el dedo en forma de amenaza.
—No hay problema —alza sus manos en defensa y nos reímos.
Comencé a comer y él solo me miraba.
—¿No piensas comer?
—Estoy saciado con tu presencia.
Hoy estaba muy extraño, o sea, él no era tan intenso.
—¿Este es el nuevo Blake?
—Es que tengo una sorpresa muy maravillosa, una gran noticia que me tiene muy feliz.
—¿Ah sí? ¿ y se puede saber?
—No quiero adelantarte nada, primero quiero asegurarme, pero te aseguro que es algo que hemos estado esperando hace mucho tiempo.
Besa mi frente y reposa sus labios en mi piel.
—Te amo Kath, cada parte de ti, me vuelves locos con tu acento y tus rasgos latinos, ¡Dios, hice la mejor elección! —Vuelve a besarme y eso me gusta.
—Sea lo que sea, me gusta como esto te pone tan feliz, deberías ser así más seguido —bromee nuevamente.
—Te he malcriado demasiado.
—De ti aprendí que no puedo conformarme con menos. —Le guiño el ojo cuando se separa de mí.
—Porque no deberías, te mereces lo mejor… me daré una ducha. —Se quita la camisa.
—¿Hiciste ejercicio hoy?
—Así es nena.
—¿Y por qué no me despertarte? Sabes que solo me gusta hacer ejercicio contigo.
—Quería que durmieras a bien, mi chica no puede asistir a una reunión importante con ojeras, sé que te acostaste muy tarde organizando el jardín de un cliente.
—Bueno, está bien.
Él se va a la ducha de nuestra habitación y no me culpen, no pude evitar mirarle el trasero.
—Espero que tengas una gran vista. —él sabía que siempre me lo estaba comiendo con la mirada.
—Oh mi bebé, como no tienes idea.
—Algunas veces creo que eres el hombre en la relación cuando se trata de quién es más perverso —se ríe.
—No me culpes por tal monumento, es obvio que no me deja buenos pensamientos.
—Oh preciosa cómo me encantaría que cumplieras todas esos pensamientos sucios ahora.
—No me provoques Blake.
Sabía que quería torturarme un poco, así que solo se ríe. Cuando conocí a Blake siempre le gustó hacer ejercicio, de niño era gordito, pero dijo que no tenía sentido representar a los deportistas y ser obeso.
No es que tenga algo en contra de los obeso, si no que se trata de estar sano, se puso disciplina para conseguir todo lo que quería, si no cambiaba por el mismo, sabía que no iba lograr el trabajo de su sueños y la chica de su sueños o el hombre que una chica merece.
Estoy tan loca por él, como él lo está por mi, no me arrepiento de nada, estamos en donde había soñado el futuro juntos.
Yo hago ejercicio, pero solo con él, tampoco es que mi cuerpo sea feo, estoy en la línea sin hacer ejercicio, además de que me cuido en otras funciones y solo hago ejercicio con él, porque quería momentos que compartir en pareja, así que me basta y me sobra hacer ejercicio tres veces a la semana como lo veo, y gracias a eso, también me ha gustado la yoga, aunque antes no le daba el tiempo necesario y está semana tendré la meta de ponerme en ello.