CAPÍTULO DOCE
Sofía no estaba segura de qué hacer. Ella nunca había tenido la intención de ser reina de ningún lugar, pero ahora que sus primos le decían que no podría serlo, que Lucas debería ser rey en su lugar, sentía el dolor de perderlo.
Por su parte, su recién descubierto hermano la observaba atentamente.
«¿Estás bien? »
Su voz sonó dentro de la cabeza de ella, segura y fuerte. Incluso eso era un recordatorio, a su manera, de que él merecía esto tanto como ella. Él tenía la misma sangre que tenían Sofía y Catalina y, de haber sido el mayor, Sofía no hubiera tenido ningún problema en apartarse.
«Supongo que no me gusta que se me pasó por alto por ser mujer» —mandó de vuelta.
«Tampoco deberías» —respondió Lucas—. «Ya te dije antes mi postura ante eso».
—No tengo ningún deseo de
