—No lo sé hyung, ¿estás seguro de hacer esto? —preguntó de manera indecisa Jungho, observando a su hermano con preocupación sincera.
—Seguro, seguro... ¿si? —más que una afirmación fue una pregunta. JiHun suspiro con cansancio y observó algo apenado al menor—. No importa eso ahora Jungho, no es como si pudiéramos hacer mucho en este momento. Necesitamos el dinero con urgencia para pagar las cuentas que nos ha dejado papá antes de morir y tú necesitas seguir con tus estudios —respondió sincero, tomando las manos de su hermano.
—Pero hay otras formas hyung, estoy seguro de que puedo conseguir otro trabajo —insistió.
—No más Jungho —reprocho frunciendo el ceño ante la insistencia del joven alfa—. Soy el mayor aquí y por lo tanto tienes que obedecerme —exclamó con autoridad que pocas veces utilizaba—. Escúchame Junnie, tú tienes que seguir con tus estudios y no preocuparte por los problemas económicos que tenemos de momento —pidió agradecido de tener un hermano tan atento.
—¡Pero, JiHun! —alzó un poco su voz sin poder evitarlo—. La solución no puede ser a la que has llegado —negó con incredulidad—. No puedes estar considerando en serio un vientre de alquiler, Hunie. Eres un omega y ellos son muy maternales por naturaleza —le recordó como si JiHun pudiera haber olvidado aquello—. Vas a sufrir cuando tengas que entregar al bebé a unos completos extraños —con desesperación sacudió sus manos sacándolas del agarre del mayor y lo tomó por los hombros—. No lo hagas, Hyung.
—Puede que tengas razón —concordó—, pero es una oportunidad demasiado buena para dejarla pasar. Lo que pagan es demasiado bueno, ya que son muy pocos los omegas dispuestos hacer algo como esto, además de que son muy solicitados debido a que su tasa de éxito es casi el 99%.
No había duda en los ojos de su hermano mayor, estaba completamente convencido de que había encontrado la respuesta ante sus problemas y eso irritaba a Jungho.
—No me interesa eso, yo sigo pensando que es una muy mala idea —refunfuño abrazando al de menor estatura sin poder evitarlo, él solo quería protegerlo, era su deber como alfa.
—Las deudas de papá ya no pueden esperar más —le recordó de manera suave JiHun, abrazando de vuelta a su hermano. Internamente agradeció el gesto, ya que a pesar de sus palabras... En verdad no estaba seguro de nada todavía—. Ya has visto cómo incluso nos están acosando en el trabajo para cobrarnos y a causa de eso, más de una vez nos han causado problemas con nuestros compañeros o jefes. Simplemente no podemos seguir así, Junnie.
—Bien, después no digas que no te lo advertí —declaró con un tono casi... Frío. Rompiendo el abrazo le dio la espalda al omega.
—No digas eso Junnie, porque yo sé, que en el momento que piense que me equivoque en mi decisión, mi tierno y fuerte hermano alfa me cuidara ¿cierto? —preguntó suavizando su voz.
JiHun sabía que el tono de su voz era muy suave y relajante, por lo que siempre sacaba provecho de eso cuando la situación se acomplejaba entre ellos.
Observando atento a su hermano, percibió como este le miró por el rabillo del ojo de forma indecisa, obviamente dudando sobre qué hacer a continuación, si seguir con su posición firme... O rendirse ante el omega y su claro chantaje.
Ocultando su sonrisa, JiHun lo abrazó por la espalda y utilizó a su favor el tranquilizante aroma de lluvia y flores que poseía, dándole el golpe final a su hermanito.
Y sin aguantar más, Jungho se volvió para poder abrazar a bien a su hermano. Después de todo también era consciente que era una situación y decisión muy difícil para el omega también. Además, JiHun lo estaba haciendo por el bien de ambos, se estaba sacrificando por los dos y aunque odiaba eso... Siendo aún menor de edad no era mucho lo que podía hacer para ayudar.
Solo había una cosa que podía hacer de momento, y eso era protegerlo.
—Está bien, te cuidaré pase lo que pase —prometió sacudiéndose un poco entre sus brazos, causando una tierna risa en su hermano mayor ante su acción—. ¿Cuándo vas a ir?
—Respecto a eso... —murmuró alejándose del menor—. Ya había llamado anteriormente y tenía programada una cita para hoy —confesó obteniendo una fea mirada por parte del joven alfa—. Deséame suerte Junnie —pidió con una sonrisa algo nerviosa mientras agarraba su mochila.
—¡Suerte! —alcanzó a escuchar a su hermano antes de salir del pequeño departamento.
Inhaló profundamente mientras se disponía a bajar las escaleras, ya que, el ascensor desde hace ya varios años que ya no estaba disponible, la cosa estaba más como una mera decoración sinceramente porque el dueño ni se esforzaba en intentar arreglarlo.
Mordiendo su labio inferior suavemente, volvió a pensar en la solución a la cual había llegado. Era algo que no podía evitar, ya que aún no estaba seguro de su respuesta.
Negando con su cabeza de forma distraída, quitó las dudas y se dio ánimos a sí mismo para lo que estaba a punto de hacer... Aunque tal vez, su hermano menor tenía razón y esta no era la mejor solución.
Pero lo que no era consciente Jungho aún, era que aparte de acosarlos a ambos en sus trabajos, la paciencia de los cobradores con JiHun ya había llegado hasta el punto en que lo estaban amenazando de muerte. Así de delicada estaba la situación.
La deuda que dejó su padre debido a los juegos ilegales, alcohol y préstamos era tan grande que ni en su segunda vida alcanzaría cubrir semejante cifra, claro que eso solo era para los de su clase, porque estaba seguro de que para los de millonarios que viven en la parte más lujosa de Seúl, no tendrían muchos problemas en pagar tal cantidad.
Ya frente al imponente edificio, JiHun se agarró de la correa de su mochila y cruzó aquellas puertas con las dudas, preocupaciones y miedo carcomiendo su mente.
La sala llegaba a brillar del blanco crema de la cual estaban pintadas las paredes mientras que el piso era de una hermosa cerámica negra con patrones elegantes. Había unos grandes jarrones con plantas en algunos lugares estratégicos de los cuales JiHun dudaba que fueran de plástico debido a la textura de la planta en el interior. Y con esto, también se hallaba un cómodo sofá largo de color lila que resaltaba.
Alzando su mirada, JiHun se encontró con la mirada de un joven hombre que estaba detrás de un elegante escritorio hecho de mármol que solo dejaba a la vista desde sus hombros hacia arriba.
Su sonrisa de labios era fácil y sincera, casi amigable. Mientras se acercaba, JiHun pudo percibir su aroma que lo delató como un omega, cosa que lo tranquilizó un poco aunque no lo admitiera.
—Buenos días, soy Im Taewook secretario de IAE, investigación artificial embrionaria. ¿Tiene usted una cita programada hoy? —preguntó con profesionalidad, pero con una amable sonrisa presente en sus atractivas facciones.
—Uhh... Yo... sí —balbuceó e inmediatamente se sintió como un estúpido. Inhalando profundamente se tomó su tiempo antes de volver a hablar—. Mi nombre es Ahn JiHun... me citaron hoy y me indicaron que preguntara por el doctor Young Yejoon —contesto exhalando con lentitud.
Los ojos del contrario se abrieron un poco de más en sorpresa pero inmediatamente recuperó la compostura y le sonrió amable. Pero ya era tarde, JiHun ya había detectado la reacción del hombre frente a él y aquello le alertó colocándole los nervios de punta nuevamente.
"¿Realmente esta es una buena idea?" se cuestionó un poco preocupado.
—Claro, por supuesto. Deme un segundo señor Ahn —pidió mientras levantaba el teléfono fijo sobre el escritorio, manteniendo sus ojos atentos sobre el contrario aunque trataba de ocultarlo.
Con un poco de desconfianza, JiHun se alejó un momento del escritorio y contempló la lujosa entrada, específicamente la puerta giratoria de vidrio.
"Aún te puedes ir" una parte de él le advertía, tentándolo.
—¿Señor Ahn? —llamó Taewook.
—¿Si? —contestó con un tono algo chillón mientras daba un pequeño salto en su lugar y giraba con rapidez hacia al secretario que le sonreía amable, como si no le acabara de dar un tremendo susto.
—Por favor, le acompañaré hasta el lugar donde le espera el señor Yejoon —explicó saliendo detrás del escritorio y se detuvo esperando a que el contrario se le acercara.
JiHun observó por última vez la puerta giratoria antes de que siguiera al contrario y se subiera al ascensor, mirando hacia el frente, volvió a contemplar la salida antes de que las puertas del elevador se cerraran.
Adiós a su última oportunidad de escapar.
Suspirando observó como el apuesto secretario apretaba el botón del décimo piso y luego contempló las brillantes puertas grises donde podía apreciar hasta su propio reflejo.
Internamente inquieto, JiHun no podía evitar que sus nervios aumentaran cada vez que subían un piso. El tiempo dentro del ascensor se estaba convirtiendo en una eternidad y finalmente no pudo evitar comenzar a golpear su pie de forma rítmica contra el suelo.
Percibiendo lo nervioso que estaba el hombre a su lado, Taewook no pudo evitar querer iniciar una conversación en una forma de ayudarle y distraerle.
—¿Es usted un omega, cierto? —la profunda voz del secretario sobresaltó nuevamente a JiHun.
¡Dios! qué vergüenza. Parecía un pequeño minino asustado ante el más mínimo ruido.
Con sus mofletes sonrojados de un furioso rojo, asintió—. Yo... s-si ¿usted igual?
—Si —sonrió—. Sé que no es mi asunto y que no debería de meterme pero... No tiene nada de que preocuparse —dijo con tono suave—. El doctor Young Yejoon es un gran hombre muy bueno en su trabajo y le ayudará, no es necesario que esté tan nervioso.
—Perdón... Es la primera vez que hago algo así y... Aún no estoy seguro de que esta sea la respuesta a mis problemas —sincero con una pequeña sonrisa nerviosa.
Su rostro reflejando toda su preocupación y dudas, de cierta forma logró que Taewook simpatizara con él, no podía evitarlo, estaba en su naturaleza también.
—Entiendo, ya sea por el papel que usted venga, este proceso es difícil para cualquier omega, así que supongo que realmente debe de estar pasando por un mal momento —sonrió tomando la mano del contrario con la necesidad de tranquilizarlo—. Se ve tenso, esté tranquilo, aquí no hay nada que temer y nadie le juzgará por nada —aseguró.
JiHun respiro más tranquilo después de escuchar las palabras del omega, le regaló una sonrisita tentativa pero sincera mientras captaba el aroma del contrario, era un elegante aroma de cacao y coco.
—Gracias... —susurro con una sincera sonrisa mucho más tranquila.
—Por favor, dime Taewook o Wookie como mis amigos —pidió con entusiasmo.
—De acuerdo, pero entonces llámame solo JiHun o Hunie, además parecemos de la misma edad —agregó.
—Un gusto Hunie —sonrió soltando la mano de JiHun cuando las puertas del ascensor se abrieron.
Caminaron por un lujoso pasillo con diferentes tonos de café a diferencia de la recepción, JiHun le seguía de cerca al omega admirando todo a su alrededor con curiosidad.
—El señor Yejoon le espera dentro —informo con la misma profesionalidad de abajo antes de retirarse nuevamente.
JiHun le siguió con la mirada hasta el ascensor, pudo diferenciar como le subía los puños en señal de apoyo con una gran sonrisa cuadrada antes de que desapareciera de su vista. Contemplando ahora la puerta frente a él, suspiró repitiendo en su mente que todo estaría bien una y otra vez.
Alzando su mano tocó la puerta con sus nudillos. Una voz desde adentro le dio permiso para pasar y a JiHun no le quedó de otra más que tragarse sus nervios e inseguridades y entrar por el bien de su hermano y propio.
Cruzando la puerta, descubrió que "lujo y elegancia" era una palabra clave en ese lugar o en todo el edificio realmente, ya que todo se lo gritaba en su cara, a donde sea que mirara.
Entonces, los ojos del omega repararon en hombre de apariencia elegante que estaba detrás de un escritorio hablando por teléfono, JiHun solo tenía que verlo para saber que era un alfa, su cuerpo, aroma y aura que emitía lo delataba sin problemas.
Mirándolo, Yejoon le indico con su mano que tomara asiento mientras pedía unos segundos más. Cuando JiHun asintió lentamente con su cabeza, el alfa siguió hablando en inglés, por lo que pudo diferenciar el omega.
JiHun nunca fue bueno en otro idioma, por lo que se dedicó a seguir estudiando la oficina mientras su cuerpo se relajaba. Tan distraído estaba, que no percibió cuando el alfa dejó de hablar por teléfono y por el contrario, comenzó a observarle hasta que pronuncio su nombre.
Incómodo por ser el centro de atención, JiHun se removió en su cómodo asiento buscando una seguridad que no poseía en ese momento, odiando el silencio presente. Bajo sumiso su cabeza sin atinar qué más hacer, tal vez su hermano menor tenía mucha razón y no debería de estar ahí.
Cuando finalmente el hombre se movió tomando una carpeta frente a él, JiHun suspiró en alivio.
—Ahn JiHun. Omega. 23 años. Soltero. Sin enfermedades y por primera vez en esto —leyó en voz alta la información proporcionada por el contrario anteriormente y volvió a mirarlo de forma interrogante—. ¿Por qué? —preguntó cerrando la carpeta antes de volver a dejarla sobre el escritorio.
—¿Eh? —pronunció confundido, algo perdido por la repentina pregunta inesperada.
—Quiero saber tu razón. Discúlpame pero se nota que no eres la clase de omega que hace esto. No es un insulto —aclara—. Pero puedo apreciar que eres muy inocente, simplemente no te puedo ver haciendo esto solo por dinero —terminó de decir alzando una ceja.
De las personas que se habían presentado anteriormente, realmente eran muy diferentes ante el joven frente a él.
—¿Es necesario contestarle? —pregunto JiHun en un momento de euforia por el enojo que causó las palabras del contrario, él no quería contar su vida y problemas a un alfa que se veía que vivía en lujos, no lo entendería.
Mordió su labio inferior arrepentido cuando se percató de lo altanero que había sido contra un alfa, eso no era bueno.
—No —respondió Yejoon un poco sorprendido, llegando incluso hasta soltar una pequeña risa divertida—. Solo era curiosidad, tienes todo el derecho a reservar tu razón. Muy pocos omegas están dispuestos a esto debido a su naturaleza y una vez que eres escogido, no puedes simplemente retroceder, por lo que debo de preguntar, ¿estás seguro de querer hacer esto? —JiHun mordió su labio y volvió a bajar la cabeza.
Puedes volver.
“Puedo irme” pensó, pero entonces, la amenaza de esos grotescos hombres volvió a su cabeza con fuerza.
—Seguro o no, es algo que tengo que hacer... —susurro débil.
El alfa contempló al contrario, JiHun se había encogido de hombros y los mantuvo arriba, derrotado. Yejoon sabía que algo estaba mal, que había algo más ahí que ocultaba el joven pero él realmente necesitaba a un omega.
Y JiHun era el indicado.
—Está bien —asintió—. No voy a presionar, ya que los omegas son realmente requeridos.
—Solo será una vez —aseguró confiado.
JiHun solo necesitaba el dinero necesario para saldar la deuda y esperaba poder reunirlo con solo una vez. ¿Inocente de su parte pensar en ello? tal vez, pero valía la pena tener esperanzas en ello.
—Cuándo... Tendré... Que... —balbuceó incómodo.
—Tranquilo, te explicaré el procedimiento de selección —dijo de manera amable.
JiHun asintió con la cabeza agradecido.
—Primero, con tus datos y una foto lo archivamos en los registros, luego esperamos a la pareja que, generalmente piden aspectos en concreto en el receptor, ósea tú —señala a JiHun—. Si cumples con lo exigido, te contactaremos para que los conozcas en persona y lleguen ambos a un acuerdo respecto al dinero. Después de eso, nosotros te haremos la inseminación artificial con el ADN de ambos, gracias a un método específico, y nos encargaremos de seguirte durante todo el proceso.
—¿Cuánto... demora? —preguntó JiHun, él no podía esperar mucho, necesitaba el dinero ahora, no después.
—Aproximadamente dos o tres semanas —el joven omega se estremeció en preocupación, eso era demasiado tiempo para él.
Leyendo la preocupación en el rostro del omega, Yejoon relamió sus labios sintiendo que era su momento.
—Pero... —comenzó llamando su atención—. Hay casos especiales y si esperas un poco más, conocerás a una persona que realmente necesita de alguien y sé que serás perfecto para él —JiHun lo observa desconfiado—. A decir verdad es un amigo, es por él que te cite personalmente —añadió con entusiasmo sospechoso para el joven.
JiHun se guardó silencio sin saber qué decir verdaderamente. ¿Qué estaba insinuando el alfa frente a él? ¿Estaba tratando de ayudarle? ¿O engañarle?
—Yo...
—Él está un poco desesperado y podrá pagarte lo que necesites, no tiene ningún problema con ello —se adelantó preocupado a que el menor le rechazara—. Podría darte algo de tiempo para que lo pienses, pero puedes conocerlo ahora si gustas.
JiHun se mantuvo en silencio por unos minutos, pensando en la propuesta. Su teléfono móvil vibró dándole algo más de tiempo, susurrando un permiso lo saco pensando en que podría ser su hermano pero lamentablemente no lo era.
Frunció el ceño al reconocer el número del cobrador que lo acosaba. Resoplando algo exasperado abrió el mensaje y su corazón se detuvo con tan solo las primeras palabras.
Aprovechando que el pequeño omega frente a él revisaba su móvil, Yejoon tomó la oportunidad para mandarle un mensaje a su amigo, apresurandolo.
Sin darle tiempo al alfa de decirle algo más, JiHun se levantó con el corazón en su garganta, apenas y si pudo escuchar la voz del hombre diciéndole algo que no pudo entender antes de salir corriendo de la habitación.
Al llegar al primer piso solo atino a agitar su mano hacia Taewook que le observó inmediatamente preocupado al notar que algo estaba mal, pero JiHun ni siquiera se detuvo un segundo para explicarle, solo siguió corriendo hacia la salida.
Justo cuando iba llegando a la puerta giratoria, un cuerpo apareció de la nada logrando que se estrellara con él con una fuerza que lo iba a mandar directo al suelo, pero no fue así. Unos fuertes brazos le rodearon su cintura impidiéndoselo mientras un llamativo aroma de chocolate amargo, café y un ligero toque de... almendras inundó su olfato.
Sus ojos conectaron con los contrarios, tan envolventes y penetrantes. JiHun supo por su mirada y los fuertes brazos que lo sostenían de su delgada cintura impidiéndole caer que era un alfa, uno más intimidante que el de arriba, pero también más apuesto.
Alfa.
Recordando el mensaje, el omega se sacudió de los brazos que le rodeaban y siguió de largo corriendo a toda prisa, sin ni siquiera recordar agradecer y disculparse.