Jinwoon sonreía mientras observaba a su hijo jugar en la resbaladilla con tanta energía y entusiasmo.
¿Quién pensaría que ese niño tan alegre había ido a parar tantas veces en el hospital?
—¡Sungsung! ¡Ya es mucho por hoy! —gritó agitando su mano hacia el menor para llamar su atención.
Hosung hizo un pequeño puchero y se lanzó por última vez antes de despedirse de los otros niños que jugaban en el parque, tenía que disfrutar de las pocas horas que su padre le permitía jugar.
Taewook sonrió al contemplar cómo el menor se ponía a hablar con sus nuevos amiguitos y se sentó en la banca al lado de Jinwoon.
—¿Cómo ha estado el pequeño sunshine? —preguntó entregándole la botella de agua que había ido a comprar.
—Para mi alivio, mejor —respondió con una pequeña sonrisa de labios—. No ha teni
