Capitulo 5: Negocios

1457 Words
Debo admitir que verla ahí me intimidó un poco, pero luego recordé que hace unos minutos la había vencido limpiamente. -Hola... -sonreí- -¿Dónde entrenas? -cuestionó, cruzando sus brazotes- -En ningún lado. -¡Oh, vamos! -exclamó, en mi cara había sinceridad pura, así que se rindió- Quiero decirte que me impresionó la forma en la que me venciste, cosa que, sin ningún entrenamiento, es imposible. Felicidades. -me sorprendió- -¿No estás ofendida por haberte vencido? -¿Acaso hiciste trampa? -negué con la cabeza- Entonces no. Me derrotaste hábilmente y me parece bien. -sonreí ante eso- Pero aún quiero saber cómo es que sabes pelear así. -Entrenaba para competencias profesionales. -dije y ella asintió, luego empezó a vestirse- Pero ya no lo hago mas porque mi padre no me lo permite. Tuve un accidente y está paranoico. -Quiero pedirte que no luches siempre conmigo. Necesito el dinero para mis hijos y, si pierdo, no podré pagarles la educación. -yo me fui hasta la taquilla donde había escondido mi ropa y la abrí- -Tranquila, le diré a Buster que varíe en cuanto a los contrincantes. No sería justo dejar a alguien sin dinero. -para cuando empecé a vestirme ella ya estaba lista- -Gracias, Fresita. -No me gusta que me llamen fresita. Mi nombre es Gala. -Te conviene ocultar tu identidad en este lugar. Yo ya no puedo porque todos me conocen. Al principio yo no sabía que había que mantener mi nombre en el anonimato, hasta que una mala perdedora decidió meterse con uno de mis hijos. -la miré aterrada- Por suerte sólo lo amenazó y le dijo que me de un mensaje. Le di una paliza después de eso. -Vaya, qué fuerte. -hice una mueca- Gracias por el consejo. -¿Y cómo harás que te llamen? -preguntó mientras se colgaba un bolso de deporte en el hombro- -No lo sé. No sirvo para los sobrenombres. Y odio "Fresita" así que... -¿Qué tal "Little Warrior"? -dijo divertida- Ese te quedaría genial aquí. Todas las demás luchadoras son de mi tamaño, y tú eres una pulguita en comparación. -"Pequeña guerrera" queda bien... -me reí y terminé de vestirme- Debo hablar con Buster. Creo que está enojado por el golpe que le di. -Gracias por eso, yo siempre quise golpearlo, pero, si lo hago, es posible que me eche. -No lo creo, eres la mejor y te necesita. -Ahora lo eres tú. -yo sonreí- Adiós, Gala. Fue un placer. -Igualmente, Gina. Saludos a tus hijos. -sonrió y salió del lugar- Agarré mi teléfono y los cigarros que yo había dejado en la banca y los guardé en la chaqueta. Abrí la puerta y me dirigí hasta donde estaba Buster. -Oye, tú. -lo llamé y me reí al ver que tenía un algodón en la nariz por el puñetazo que le di- Vamos a hablar de negocios. -¿Negocios? -se rió- No hay nada que hablar. Tú vienes, peleas, ganas o pierdes y ya está. -Sólo quería decirte que no quiero pelear siempre con la misma. No sería justo. -Bien. -dijo y sacó su teléfono- Vendrás los días que yo te llame, que será cuando hayan oponentes dignos para ti. No sería justo para otras que yo te ponga con las peores. -Me parece bien. -él me tendió su celular y vi que tenía que anotar mi numero. Lo hice y se lo devolví- No quiero que anuncies mi nombre en las peleas. -miró el teléfono- -Gala... Tienes nombre de perro. -fruncí el ceño y me reí- Bien, dime cómo quieres que te anuncie. -Gina dijo "Little Warrior" y me pareció bien. Así que puedes decirme así. -me di la vuelta- Adiós, Buster. Me fui de allí y volví al bar por donde había entrado. Me acerqué a la barra y pedí un trago para relajarme. El chico de cabello rizado me lo sirvió y se quedó mirándome más de lo necesario. Luego negó con la cabeza para si mismo y siguió preparando tragos. -¿Hay algo que quieras preguntar? -dije- -Es que... Me dijeron que una chica de cabello rosado derrotó a Gina. -¿Y? -dije divertida- -Es imposible que seas tú. Eres tan pequeñita que ella te habría destrozado. -Pues no lo hizo. -sonreí y me acabé el trago de una vez- ¿Acaso viste a otra chica de cabello rosado por aquí? -No... -murmuró- ¿Cómo te llamas? -Gala... ¿Y tú? -miré la hora en mi teléfono, ya era muy tarde- -Ciro. -contestó- -Lindo nombre. -me bajé del taburete- Nos veremos seguido por aquí, Ciro. -pagué mi trago y le dejé veinte dolares de propina- Al parecer conseguí trabajo. -él me saludó con la mano y yo salí de allí- Me puse el casco y me subí a mi moto. Arranqué y fui a toda velocidad a casa. Espero que papá no haya notado mi ausencia. En el bar todos me trataron muy bien, bueno, excepto Buster. Pero los demás fueron muy amables conmigo. Me hace no arrepentirme de haberme mudado. Inmediatamente vino a mi cabeza la imagen de Ethan. ¿Por qué me trató asi? Entiendo si proviene de una perra, pero de un chico no. No le he hecho nada como para que me dijera "Fenómeno" y me hable con el desprecio con él que lo hizo. Lo averiguaré más adelante. Estacioné mi motocicleta y abrí la cochera para meterla adentro. Luego de eso, entré silenciosamente a la casa y caminé hasta llegar a mi habitación. Allí adentro me tropecé y caí al suelo culpa de una maleta que dejé en medio del camino. Maldije entre dientes y encendí la luz de la lámpara. Eran las tres de la madrugada, pero aún no tenía sueño, así que me dispuse a meter toda la ropa en el armario, sacar mis cosas y ponerlas en el estante. También debía guardar las maletas vacías. Cuando terminé eran las cuatro. Fui al baño y me di una ducha porque estaba olorosa. Cuando salí, me puse el pijama y me acosté a dormir. No tardé ni dos minutos en dejarme abrazar por Morfeo. *** -¿Tienes algo que hacer hoy? -preguntó Wes mientras cambiaba de canal- -No. ¿Y tú? -soplé el esmalte n***o que estaba poniendo en mis uñas- -Voy a salir con Marcus, Ethan y Troy. -yo dejé de pintarme el dedo meñique y lo miré, indignada- -¿Te juntas con esos idiotas? -exclamé- Bueno... Los dos idiotas que nombraste al último. Marcus me cae bien. -Sí, son agradables conmigo. -se encogió de hombros- Iba a preguntarte si querías ir, pero supongo que no quieres. -Prefiero ir antes que quedarme a ver como papá coquetea con la vecina de en frente. -él se rió y luego me miró- -¿Qué hiciste anoche? -preguntó y yo me puse nerviosa, pero lo disimulé y seguí pintando mis uñas- -Fui a dar una vuelta en moto. -mentí- ¿Qué hiciste tú? -lo miré- -Salí de fiesta con Marcus. De ahí empecé a juntarme con Ethan y Troy. -Oh... -bien, no se dio cuenta de mi nerviosismo- ¿A dónde irán hoy? -A otra fiesta. -me reí- ¿Quieres ir? Irá Sophie. -Genial, me apunto. -miré la hora- Son las ocho treinta. ¿A qué hora iremos? -Los chicos vendrán a las diez aquí. -Está bien. ¿Donde está papá? -Salió a correr. -Oh... -olvidé que le gustaba salir a correr de noche- Espero que no se pierda el muy idiota. -¿Recuerdas cuando eso pasó? -nos pusimos a reír- Estuvo dos días desaparecido por no querer pedir ayuda. -Me acuerdo de nuestras burlas... -me agarré el estómago mientras reía con fuerza- Le decíamos viejito senil y él se molestaba. -Espero que no vuelva a pasar. -miró la Tv- Oh, mira. Es un anuncio del campeonato. -"Es oficial. Desde el día de hoy, las inscripciones para la clasificatoria del campeonato, están abiertas. Los luchadores deberán presentarse con su entrenador y dar una pequeña prueba. Desde allí se analizará si es competente para entrar o no" -Debo avisarle a papá. -comentó Wes, yo lo miré con mala cara- Tranquila, Gala, tal vez si te deja. -No me des falsas esperanzas, Wes, sabes que no es así. Él cree que no puedo y eso me enfada. Piensa que soy débil después de lo que pasó. -Pero estuviste en coma durante dos semanas, Gal. -Tú sabes perfectamente que lo que hizo Sharon fue, aparte de trampa, un delito. Si hubiera peleado limpio yo habría ganado. -Entiéndelo, él no quiere perderte. -No lo hará, Wes. -me levanté del sillón y agarré el esmalte- Iré a guardar esto y a dormir hasta que sea hora de alistarme para la fiesta. -Bien... -respondió- Me fui de la sala y subí a mi habitación. Odio recordar lo que pasó. Culpa de Sharon Weber estuve en coma dos putas semanas y mi padre me prohibió pelear. Él cree que soy débil y que no puedo ganar. Pues le demostraré que no es así. Me dormí hasta que sonó la alarma que puse a las nueve y media. Me levanté y fui a ducharme. Salí y me puse un top n***o con una falda corta color rojo oscuro y botas cortas de tacón negras. Me maquillé y batí un poco mi cabello para que pareciera rebelde. Metí dinero y mi teléfono en mi escote y bajé. Al parecer ya habían llegado los demás.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD