1 mes después. Ainhoa Mi nueva escuela es una porquería, no hay más, sobre todo cuando te cambian en el último semestre y no tienes la oportunidad de hacer amigos o adaptarse por completo, aunque para ser sincera no estoy muy interesada en ser una joven popular. Con los ojos hinchados de tanto llorar por días, me arreglo el cabello en el baño de la escuela, mientras escucho las voces de mis compañeros que están saliendo de las aulas para irse ya a sus casas. Yo no me quiero ir, quisiera quedarme encerrada en la biblioteca como lo hacía con Manu tiempo atrás y llorar un poco más. Lo extraño, lo extraño mucho. El severo castigo de mi padre me ha dejado incomunicada por completo con él y ni tiempo me dio de decirle que lo amo y que no importa lo que pase estoy aquí, esperándolo, que