—Despierta—Susurro.
En ese mismo instante Valery se encontró dormida en el asiento del copiloto en el automóvil, intrigada bostezo y miro a su izquierda en donde se suponía estaba el asiento del conductor y solo observo el vidrio roto y la bolsa de aire activada, se tocó la frente estaba sangrando y noto que tenía el cinturón de seguridad puesto, respiro profundo y distinguió que el auto había sido chocado contra una lampara de luz en el borde de una carretera a las afueras de una ciudad que ni siquiera conocía, se desabrocho el cinturón y salió del auto en mal estado , calculo la hora por la altura del sol como se lo enseño el profesor de física que fue astrónomo, y logro darse cuenta de que era de mañana, guardó la calma puesto que aún no recordaba lo que había sucedido , ella juraba que lo que estaba pasando era un sueño y a medida que caminaba a la ciudad percibía una extraña sensación ,tal vez un Deja vu, pensó.
«¿Qué sueño tan raro? Siento que conozco esta ciudad de algún sitio, pero no lo sé, debo despertar» se cubrió el rostro con la mano puesto que el sol le reflejaba en parte de la cara para no dejarla ver bien, mientras llegaba a las afueras de la ciudad observo un cartel que decía: "Bienvenidos a Bismark ".
La chica sedienta miro en sus bolsillo a ver si tenía dinero , y solo encontró 10 dólares , suficiente para un agua mineral en una gasolinera, que atendía un chico pecoso con grandes lentes y alergias, ella se rió un poco cuando el chico abrió la caja y derramo su jugó en el desayuno, él le entregó el agua y ella salió a beberla y a continuar su camino, de momento un chico bien parecido en una Toyota se detuvo a cargar gasolina y la miro con sus ojos verdes , le guiño un ojo y se acercó a ella en lo que dejo la máquina trabajando.
—No eres de por aquí ¿cierto?— Se acerco coqueto.
Ella no respondió, le dio la espalda y siguió caminando hacia la ciudad.
—¡Oye, espera! —Dijo el chico de cabello castaño.
Allí se dio cuenta de que la gasolina estaba derramándose afuera del tanque, salió corriendo avergonzado y hasta maldijo, encendió la camioneta y fue tras la chica.
Mientras el chico con alergias detrás del mostrador dijo entre dientes.
—Diablos eso me lo van a descontar—Bajo la mirada.
Valery ya estaba muy avanzada y se bebía su agua poco a poco, entretanto comenzaba a debatirse si esto realmente era un sueño —¿Por qué se sentía tan real?— Suspiro al recordar lo que le sucedió, la criatura, las manos y el portal.
No estaba soñando todo fue real, cada segundo y minuto que vivió en ese cuarto eran tan reales como su caminata a la ciudad, trago saliva y cerró los ojos un momento.
Junto a ella la Toyota azul desaceleraba lentamente para andar a la par, el chico miraba el camino y luego se dedicó a verla a ella, la chica de ojos claros y cabello n***o que tanto había llamado su atención.
—Me llamo Ian— Le dijo.
No me interesaIncrepo.
—Está bienCon tono sorprendido ¿Te llevo?—Persistente.
—Puedo caminar—Gruñó.
—Te diré algo, te faltan casi 50 kilómetros, el sol está comenzando a joder y esa botella de agua tuya no durara para siempre, yo te ofrezco el aire acondicionado y una jarra de jugo de manzana ¿Qué tal?— La persuadió.
—Se defender y bien, pero deja de fastidiar e insistir tanto—Álgida.
Él sonrió y abrió la puerta tan rápido pudo, ella subió miro a su alrededor y se fijó en un control de forma circular con un botón transparente, frunció el ceño al escuchar a Ian hablarle.
—¿Por qué andabas a pie?—Pregunto.
—Me hablas, persigues y persuades —Con Ironía —Yo soy la que debería preguntarte—Lo interrogo—¿Por qué tanto interés?
Avergonzado Ian miro el camino y se mordió el labio.
—Eres... bueno mi tipo, creí que necesitabas ayuda, había un automóvil no muy lejos de la gasolinera y a decir verdad la sangre mal limpiada de tu frente, no me dejo mucho que pensar, excepto que tú eras la que conducía ese auto —La miro compasivo.
—Vaya me impresionas ¿Eres un violador o algo así?—Frunció el ceño.
—No solo, soy un rastreador—Frunció los labios.
El interior de Valery se llenó de desconcierto pues el hombre que tenía a su lado, no le causaba más que dudas e inseguridad a pesar que sentía que ya lo conocía desde hace mucho tiempo.
—Bueno rastreador, parece que te conozco de algún lado—Menciono ella.
Ian se ruborizó y le sonrió.
—No lo creo, es mi primera vez aquí—Dijo serio.
Valery decidió mantener el silencio, pues no quería incentivarlo a pensar que podían llegar a más. En ese instante recordó a su madre y lo mal que se la debía estar pasando, sus objetivos eran encontrar un teléfono público y llamarla desde allí para decirle que estaba bien, pero no tenía idea de cómo le explicaría que fue secuestrada por una criatura rara que la atormentaba desde muy chica.
El chico miro a Valery curioso, pues ella se quedaría enfrente del centro comercial.
Estaré cerca por si me necesitas.
No te necesito bien, me hiciste un favor ahora deja de molestar, bien IanLe grito en cuanto se bajó y cerró la puerta.
Ella realmente no quería aún desconocido siguiéndole los pasos, camino rápido para entrar en el centro comercial y perder al chico.
Entretanto Ian buscaba un espacio en el estacionamiento, cuando vio a quien estaba buscando, sonrió y fue tras su objetivo, habiendo ignorado el rechazo de Valery.
La chica camino entre la multitud con un extraño presentimiento, estaba cansada y hambrienta, solo tenía unas cuantas monedas y eran para gastarlas en la llamada ya que necesitaba esa voz que la reconfortaba, estaba muy herida y con cada paso y cada cristal en el que se veía la muerte le seguía, una criatura negra de ojos rojos la perseguía.
En cuanto logro llegar a un teléfono público, metió las monedas y marco el número de su madre, al escuchar su voz creyó que era ella, se emocionó al escuchar su suave voz pero sollozo en cuanto escucho la contestadora, después de tragarse su sufrimiento se colgó la llamada sola, golpeo con ira la cabina y se agito al ver un hombre vestido de n***o y el rostro cubierto , parecía observarla y nadie más era capaz de verlo puesto que todos transitaban sin percibir su presencia.
Valery ya estaba realmente harta de todos esos golpes paranoicos y los chicos locos, apretó la mandíbula y salió corriendo hacia el área de comida, se pegó contra la pared del servicio de comida y se tocó el pecho pues su carne ardía, contuvo un grito y miro a ese encapuchado justamente frente a ella, allí perdió la consciencia.
Sentía que habían pasado horas después de que su campo visual quedo en n***o, pero solo fueron algunos minutos, Valery despertó nuevamente de una pesadilla y se encontró retozando en un colchón inflable, abrumada y al mismo tiempo un poco mareada noto las ventanas cuadradas típicas de una fábrica se imaginó que la criatura la había movido de nuevo pero no fue ella, a su espalda había algo cubierto por una lona, se levantó e intrigada fue atraída por eso hasta que la halo y se vino toda abajo, era una nave, una de esas naves espaciales del mundo de las películas de ciencia ficción, era del tamaño de un autobús escolar, con una cubierta de lo que parecía ser un metal brillante y los vidrios eran verdes esmeralda, sus ojos claros brillaron con el impacto y en esa ocasión escucho una voz, se giró bruscamente con precaución y se sorprendió .
—¿Ian? —Logro pronunciar.
—Me llamo Gneis, Gneis Devlyn y realmente el Ian es solo un seudónimo terrestre—Afable.
—¡Que carajos está pasando!¡Pinche pentejo intentaste seducirme y traerme a este hoyo para violarme!¿No? —Exploto.
—Es un poco complicado —Compungido.
—Pues, pues no digas nada y llévame a mi casa, voy a llamar a la policía—Impero.
Él se aproximó a ella empático y después le abrazo de golpe, ella no se negó a sentirlo necesitaba esa calidez, puesto que estaba tan asustada como confundida y ya había soportado suficiente, Gneis luego la tomo por los hombros y la miro a los ojos con cariño para decirle.
—Comprendo que los seres humanos no están acostumbrados a esta cantidad exagerada de estrés e irrealidad, pero seré directo, no puedes ir a casa, ya no, lo que te persigue es una bestia—Cerro los ojos un momento—El ser más peligroso en el universo, yo soy algo así como tu protector ahora y no soy humano, curiosamente me parezco a ti, pero no soy como tú—Sonrió— Y necesito que confíes en mí.
Valery solo asintió confundida y lo empujó en cuanto se dio cuenta de que estaba existiendo demasiado contacto entre ello y más por parte de él, le dio una cachetada llena de ira y a su vez le dio la espalda antes de darse cuenta.
Gneis se tocó la mejilla irritado y rechazado nuevamente ates de darse la vuelta.
El portón en la fábrica fue abierto y su delator fue el rechinar de las bisagras oxidadas, alguien cerró de inmediato con un solo golpe y se dirigió a ellos, era el encapuchado vestido de n***o, en lo que se descubrió la cara era idéntico a Gneis solo que su caballo era blanco como el papel.
—Parece un Cosplay de anime muy realista y sin ojos japoneses exagerados—Dijo Valery imprudente.
—¡Eh! Es un insulto—Rezongo.
Casi de inmediato Gneis presento al individuo idéntico a él.
—Valery, él es Drago, es mi hermano gemelo —Dijo Gneis con desaliento.
—Bien, ¿y tu cabello realmente es rojo?— Impresionada le señaló la cabellera lisa.
—Ah sí, el efecto del camuflaje ya se dispersó— Se toco el cabello mientras el color castaño se desvanecía.
Drago la miro de arriba a abajo con descaro y sonrió malicioso.
—Ya que ustedes terminaron sus coqueteos nos vamos de este lugar antes de que Pecus decida que somos una amenaza, ya me tire a media ciudad así que estoy más que listo para morir—Camino hacia la nave con estilo y las manos metidas en los bolsillos del suéter.
—Drago tiene razón Bestia... te busca, necesitamos ir a hacia Twist en la atmósfera— Extendió su mano hacia ella mientras apretaba el botón que cargaba en la Toyota y este activo el transbordador.
—Con que eso era lo que hacías mientras yo trabajaba, espero que tengas una muerte lenta y dolorosa—Dijo Drago serio.
Valery pensó.
«Valgame Dios debo estar bien loca si me subo a una nave espacial con unos supuestos alienígenas, pero esto es un sueño ¿no? Y me da curiosidad saber que pasa» ladeo la cabeza y luego dijo.
Iré solo si luego me dejas ir a casa a ver a mi mamá Seria.
Él asintió y ella, golpeo su mano y camino tras él, nuevamente Gneis creia que era parte del complejo humano de dudar de todo a su alrededor.