Después de la última clase y con mis cosas en mano me dirijo a mi moto. Entre clases, Hope se acercaba a mí y hablábamos un rato, o bueno, ella hablaba hasta decir basta y yo daba mi corta opinión cada que ella guardaba silencio y se me quedara viendo como si esperase que le dijera el secreto de la creación del universo.
Ya a un lado de la moto, y convencida que lo único extraordinario que me ha pasado este martes es la muy explosiva pelirroja que parece esperar mucho de mí, escucho a la misma gritando mi nombre, asustándome por lo repentino que fue.
- ¡Kris! – volteo con rapidez consiguiéndola a unos pasos atrás de mí, a su lado está el castaño que la acompañaba ayer y la linda niña, que viéndola de cerca es la copia de Hope en miniatura.
- ¿Qué ocurre? – pregunto algo brusca, no entiendo la necesidad de gritar tan alto estando tan cerca.
- Te quiero presentar a mi hermano mayor, André, y ella es Meredith, nuestra hermanita menor, Mere para abreviar – parece querer seguir hablando, pero al parecer, no soy la única a la que le parece molesto.
- Hope, basta, no volverás a desayunar nada con chocolate, nunca, pareces una niña pequeña – la voz ronca de su hermano la interrumpe antes de que yo tenga que hacerlo, un alivio enterarme que no es normalmente así, sino cuando el azúcar en su sistema es mayor de lo normal, al parecer si es una cría de ocho años atrapada en un cuerpo de dieciséis.
- Yo soy una niña pequeña y no soy así – la pequeña a su lado hace un puchero y cruza los brazos, adorable.
- No, porque no tuviste la suerte de heredar mi maravillosa personalidad, tu eres una gruñona andante, igual a André, no tienen ni de cerca mi encanto, estén agradecidos que por lo menos son bonitos, porque sus personalidades tan toscas no atraen para nada, además, a mi amiga Kris.
- A tu amiga Kris le gustaría que te relajaras y dejes de hablar tan alto y tan rápido – la interrumpo, ya me dio el dolor de cabeza que amenazaba con aparecer desde que se presentó a primera hora.
Ella parece desinflarse y hacer otra vez esa manipuladora mueca, ruedo los ojos y levanto la mirada al cielo, definitivamente no sé qué hice para que se me pegara esta niña con gran manejo actoral.
- Deja de manipular a las personas, Hope – vuelve a hablar André con un tonito de mando que me resulta hasta atractivo.
- Escucha, debo irme ¿sí? Hablamos mañana, solo no desayunes lo que sea que hayas comido hoy, y así quizás si seamos amigas – a pesar que fui algo tosca, parece que dije algo maravilloso, porque la pelirroja mayor se lanza a mis brazos y me aprieta con fuerza, resultándome muy incómodo, la única persona que tiene permitido darme estas clases de muestras cariñosas es mi madre.
Le doy unas palmaditas en la espalda cuando han pasado lo que me parece son minutos y sigue enganchada a mí, esperando que tome eso como respuesta y pueda ya soltarme. Su hermano mayor solo se disculpa con la mirada mientras la mini Hope suspira y niega con exageración.
- Hope, vas a espantarla y te quedaras sin amigos – suelta la menor, y me sorprende que parezca tan exasperada, al parecer las cambiaron de cuerpo, la personalidad de ellas corresponde al cuerpo de la otra.
La pelirroja obedece a su hermana, pero lejos de prestarle atención me da una sonrisa enorme.
- Mañana salgamos después de clases, podemos comer un helado, ir al cine, de compras, a comer, a la playa, a un árcade, a patinar, al muelle, a un zoológico, - vuelvo a rodar los ojos.
- Ok, mañana vemos, me voy, un gusto conocerlos – les doy un apretón de manos a André y a Meredith, con ella me causa un poco de gracia, porque es tan pequeña y adorable con su vestidito rosa y sus dos colitas, pero su mirada tan seria cuando corresponde el tan formal saludo, ella definitivamente se parece más a su hermano.
Hope, como era de esperar, volvió a abrazarme, solo que afortunadamente me suelta con rapidez, con un último movimiento de cabeza me despido cuando me monto en mi lindo medio de transporte, y parto a mi casa, en donde mi muy estresada madre me recibe mientras discute con Steve sobre que tiene que tranquilizarse, el pobre hombre está paranoico porque el caso en el que están es defendiendo a un empleado injustamente despedido de una muy importante empresa, y al parecer el CEO de esta amenazó a mi madre, y de paso a Steve que estaba con ella, a dejarlos sin nada. Me asustaría, pero mi mamá sabe muy bien lo que hace, y ella también sabe intimidar muy bien, por lo que están en guerra, y lo que comenzó como un malentendido de recursos humanos, termino en una batalla legal con presidente de compañía incluido, sí, o vamos por lo grande o no vamos por nada.
Pasando de escucharla discutir, subo a mi habitación, pongo mi música a lo más que puedo y me tiene permitido mi madre, y comienzo a leer. Al principio quise ser abogada como mi madre, pero sinceramente, eso no es para mí, luego me interesé en la medicina, pero descubrí que no tolero la sangre, entonces, una tarde leyendo me pregunté por qué nunca pensé en estudiar literatura, podría ser editora, y quizás también escribir algunos libros, la verdad es que desde pequeña me gusta leer, perderme en historias, meterme en ellas y hacerme parte de sus tramas, me ayudan a escapar de aquello que me quita el sueño, y que en el fondo aun me aterra, pues aunque me muestro valiente y le hago creer a mi madre que todo está superado, mi realidad es todo lo contrario.