Marjory se desvaneció en los brazos de Alexis que la sujetó para que no callera.
– Suéltala.
Todo lo que sucedió fue visto por Tristán.
Después de ser herido por el veneno de serpiente y sentirse débil, Tristán salió de la cabaña, afuera sus hombres estaban muertos, los soldados de Tiara ganaron la batalla y eso lo molestó, giró la cabeza hacia Marjory que estaba junto a uno de los falsos soldados y el viento golpeó su rostro.
¡Rosas!
El aroma seguía en el aire y había guardado el sentimiento en su corazón por muchos años, cuando era niño y su cuerpo estaba tirado sobre el suelo a un paso de la que sería su tumba, una niña pelirroja con un pañuelo sobre su rostro se acercó a él y luchó por salvarlo.
Esa niña, cuando curaba, despedía un aroma a rosas que inundaba el lugar, era como si repentinamente la peste de la sangre desapareciera y en vez de encontrarse en ese sitio tan fatídico, Tristán estuviera recostado en un campo y rodeado de flores.
Así era ella.
Tristán podía olvidar sus ojos, el color de su ropa o los mechones torcidos que caían sobre sus hombros por no poder lavarse el cabello, pero jamás olvidaría ese aroma.
Su corazón se agito con fuerza.
Marjory sabía que Bela despedía ese aroma y a propósito comenzó a usar una fragancia leve, Tristán se encontró descubriendo que su cuerpo emitía ese aroma artificial y la odió por eso, cada vez que la descubría, arrugaba la nariz en una mueca, fruncía el entrecejo y la miraba con odio, pero ese día era diferente, ellos estuvieron muy cerca en el interior de la cabaña y Tristán sabía que ella no estaba usando esa fragancia.
No, ese no era un aroma artificial, era el mismo aroma que lo cubrió cuando era niño.
Ella era esa niña que lo salvó y cuando vio al rey Diaval abrazándola, su pecho estalló.
– Suéltala – gritó con rabia.
Del camino que conducía al molino apareció otro grupo, el hombre que iba a la cabeza era el capitán Montes, él estaba a cargo de acudir al encuentro en caso de que algo hubiera salido mal.
Sir Evans levantó su brazo y golpeó la nuca de Tristán antes de que los hombres de Undra pudieran decir una palabra, era ahora o nunca.
En el suelo Tristán alcanzó a decir una palabra – Marjory.
Alexis apretó los dientes y levantó el cuerpo de Marjory cargándola – dejen que sus hombres se lo lleven – sentenció.
*****
A la mañana siguiente Tristán despertó en el campamento de Undra que se localizaba en el bosque a unos pasos de la frontera, ir más al norte ya no era seguro.
A su lado estaba su asistente Cleric Darlian.
– ¿Qué sucedió?
El plan de Undra era apoyar al rey Genos, llevar los refuerzos al norte, unirse al ejército de Tiara y traicionarlos.
Ese plan fracasó cuando el rey Diaval dio la orden de asesinar a todos los espías de Undra y migró el campamento sin compartir con ellos la nueva ubicación.
Fue claro que el rey Diaval no confiaba en su alianza y el plan cambió.
Después de ingresar al norte como refuerzos, esperarían el momento justo y se quedarían al margen de la batalla dejando que el rey y las fuerzas desgastadas de Tiara perdieran la batalla.
El plan tuvo un desenlace diferente al que imaginaron, los hombres de Tiara atacaron el campamento de Barbaros sin que sus hombres dejaran el castillo, nadie sabía de qué forma lograron colarse hasta las costas y prendieron fuego a las provisiones.
Con las pérdidas y la derrota del ejército de Barbaros, los hombres de Undra no tuvieron otra opción más que respetar su alianza y llegar como refuerzos de Tiara.
No era el resultado deseado, pero por lo menos no se habían ganado un enemigo en el rey Diaval.
Tristán golpeó su puño contra la pared del hospital.
Cayeron desde el comienzo.
Su mejor oportunidad y la perdieron – el rey Diaval tenía a todos en contra, quieres explicarme, cómo fue que sobrevivió.
Cleric Darlian se mostró un poco asustado.
*****
Marjory llevaba dos días dormida.
Actualmente se encontraban en el castillo del rey Genos en tierra prohibida, la tierra jamás pisada por una Santa.
Pensó en las escrituras y en todos los temores del templo y decidió que eran lo de menos.
– Majestad, terminamos de retirar todos los espejos del castillo y nos deshicimos de las pinturas – dijo el Marqués Quiral.
En otro momento esa orden habría resultado muy inusual, pero no fue diferente de lo que hizo al llegar a su castillo, Alexis Diaval como primer mandato ordenó que todas las pinturas de su familia fueran quemadas.
– Puedes retirarte.
Esa misma mañana Ágata le dio una botella de agua bendita, la colocó sobre la mesa, levantó con mucho cuidado a Marjory recargándola sobre su hombro y bebió un poco de agua para pasarla entre sus labios obligándola a beber.
Cuando la botella se terminó, la marca apareció de nuevo, cuatro líneas resplandecientes brillando en su frente, quizá buscar una tiara de diamantes sería una buena idea, así podría decir que esa luz era el reflejo de los diamantes y no algo más.
Se sintió un poco afligido, si algún día ella descubría la verdad y que él se lo ocultó, ¿lo odiaría?, o tal vez, cuando supiera que era la Santa, quería regresar a Undra y tomar el lugar que le correspondía como cabeza del templo.
Marjory despertó.
*****
¿Dónde?
¿Qué fue lo que pasó?
Lo que recuerdo, es haber dejado el castillo en el territorio de Minerva, tuvimos una emboscada en el bosque orquestada por Tristán y después.
– ¡Alexis!
Lo que pasó después de dejar el molino fue que él apareció y...
– Despertaste – su voz es dulce y su expresión muy tranquila – no cierres los ojos, llevas mucho tiempo dormida, me estaba preocupando.
– Yo...
– Lo sé, no me amas – lo dice tan rápido que no me da tiempo para debatirlo y sigue mostrándome esa sonrisa dulce y a la vez nostálgica.
– ¿Por qué tú?
– Porque soy un genio, quiero que sepas que te amo, cada día cuando despiertes y cada noche antes de dormir te lo repetiré hasta que sea lo único en lo que puedas pensar. Te lo dije antes, te enamorarás de mí.
Mi pecho duele, no puedo pensar claramente y mirarlo al mismo tiempo.
– Puedo decir que te amo todas las veces que quiera, ¿cierto?
Basta, tienes que dejar de repetirlo.
– Tomaré eso como un sí – me besa.
Lleva un tiempo dándome pequeños besos, nuestros labios apenas se tocan, su mano toca mi barbilla, mi mejilla o mi cabello y cuando se aleja sonríe y me dice cualquier cosa cambiando el tema tan rápido que no me doy cuenta.
Este acto, se ha vuelto normal, creo, que incluso estoy esperando por ello.
Su sonrisa es nostálgica, la comisura de sus labios se curvea en el mismo tipo de sonrisa que siempre me muestra, pero hay tristeza en sus ojos y un destello apagado sobre el tono ocre de las cortinas.
Un minuto.
Este no es el castillo del territorio de Minerva, no hay forma, esa construcción de piedra con agujeros y grietas en todas las paredes, con filtraciones de humedad, hongos y un ambiente frío no puede tener una habitación como esta.
La madera es diferente al igual que el acabado y las cortinas no combinan con la alfombra, pero es cálida y agradable, además las ventanas tienen protecciones y vidrio, el castillo no tenía cristales – Alexis, ¿dónde estamos?
– En el castillo del rey Genos en tierra prohibida.
¡Ah!
Espera.
¿Qué?
– Pero estábamos en el territorio de Minerva, ¿de qué me perdí?
– De mucho, duermes como oso, nadie pudo despertarte en todo el camino, tus ronquidos se escucharon en toda la caravana.
– No bromees con eso – tomo un cojín para golpearlo.
– Estás sonriendo.
– Te odio tanto – no, en lugar de eso, me temo que el sentimiento es mucho más aterrador – ¿derrotaste al rey Genos?
– Mas o menos, él escapó y dejó a sus súbditos, lo que hicimos fue tomar el castillo, tomará algo de tiempo encontrarlo, especialmente si está recibiendo ayuda, pero bastará con ganarse la lealtad de las principales familias de Barbaros, muchos entienden que hay formas de arreglar un conflicto sin que la sangre cubra el suelo de sus ciudades.
Eso significa, que no tengo que volver a Undra de inmediato, puedo quedarme un poco más.
– ¿Te molesta?
– No, me alegra saberlo, también estoy feliz de que estés a salvo.
Lo que me recuerda – cuando estaba en el molino Tristán mencionó la reliquia de Purificación – su mirada es de desconcierto – el comandante de Undra sabe que la tienes, por eso me buscó, quería descubrir dónde estaba o qué forma tenía – sé que no debería, la cede de mi religión está en Undra y lo correcto es que posean las cuatro reliquias, pero prefiero que Alexis la tenga – debes tener cuidado, no puedes dejarla por ahí.
¿Dije algo gracioso?
– Así que, la reliquia de Purificación.
– Si, la que mencionaste.
Se rasca la frente – y te molestarías decirme cuándo la mencioné.
De verdad, ¿porque sigue riéndose? – me dijiste que tenías un truco infalible para tener más comida y en el campamento todos los árboles florecían, ese es el poder de Purificación.
Si, ya lo recordó – claro, esa reliquia, estaba algo distraído y la olvidé.
¿Cómo se puede olvidar algo tan importante?
Acaricia mi cabello – qué suerte que la tenga.
Y este es el momento que mi estomago eligió para gruñir, Alexis, ya deja de reírte.
– Soy un mal anfitrión, no te alimenté.
– ¿Qué?, no es eso.
Se levanta – ordenaré que traigan la comida, espera aquí.
Me deja sola, el clima no es tan frío como imaginé, afuera se puede ver la luz del sol y si me acerco a la ventana me topo con montañas muy altas.
¡Tierra prohibida!
Las escrituras las mencionan en muchas ocasiones y hay muchas explicaciones del porqué la diosa Ameritia llamó a su hija Bendición para evitar que ella pusiera un pie en esta tierra.
Pero el templo no tomó una postura, todo lo que sabemos, es que la Santa tiene prohibido poner un pie en esta tierra, si lo hiciera, la ira de la diosa Ameritia caería sobre Barbaros.
Suspiro.