Tormenta.
Una antigua tradición contaba que cada hijo de la familia Van Tassel nacía en una tormenta.
Se decía que la tradición se remontaba al caballero de la primera orden que murió en una tormenta tras ser maldecido por una de las hijas de la diosa, pero la historia había pasado por tantos labios que se había vuelto poco fidedigna.
Para los sirvientes del castillo Van Tassel los rumores no eran motivo de discusión, puesto que, cada uno de los hijos de la Marquesa nació durante una tormenta.
Los gritos resonaron en la habitación y en silencio, los sirvientes sintieron respeto por el médico que pondría los dedos en fila para saber cuán dilatada estaba la marquesa.
Era la hora de pujar.
Los sirvientes daban vueltas por los pasillos llevando agua, toallas y todo lo que se necesitaba.
