Ms. Harden sabía que, con esto, aquella jovencita ya había perdido la partida. Una mujer nunca olvidaba, y mucho menos, Hebe Harden. —Eso solo será factible si firmo el contrato —comentó Heinrich. Además, la forma que ello lo decía parecía que estaba haciendo alusión a algo en específico—. Lo terminaré de leer pronto y le diré mi respuesta. —No me gusta esperar mucho. Pero esta decisión es importante —dijo Ms. Harden, con calma. Retiró la mano de la cara de él—. Le dará una semana. No notificar nada, también será entendido como una respuesta negativa de su parte. —Entiendo —dijo Heinrich, manteniendo si vista fija en los ojos avellanas y el bello rostro de Ms. Harden. Aún se mantenía en la entrepierna de ella—. Quiero pedirle un favor. —El que necesite y si puedo ayudarlo, lo haré con