Ms. Harden, resuelta a arriesgarse, se aproximó a la recámara de Heinrich, a la que antes había estado atenta en donde era. Giró la manija de la puerta con cuidado y sigilo, y se adentró en el espacio personal de Heinrich, como un ladrón a punto de cometer un crimen. Su mirada recorrió la habitación, revelando una mezcla armoniosa entre lo clásico y lo moderno. El entorno estaba dominado por tonos de gris y acentos en azul turquesa. El mobiliario era elegante y funcional, con muebles de líneas limpias y diseño contemporáneo. La cama estaba adornada con sábanas de alta calidad y cojines que aportaban un toque de confort y sofisticación. Sobre ella había un traje tendido y planchado. En una esquina, un escritorio de madera oscura albergaba una computadora y algunos libros, evidenciando el am