La respuesta tan anhelada que estaba buscando Katherine la había conseguido, el querer cambiar su genética a la de su esposo no era imposible, pero si difícil. Aquello conllevaba en tener que salir de la mansión por un tiempo solo para conseguir uno de los templos más antiguo de la Diosa Blanca, a Katherine le desagradaba la idea de tener que pedir nuevamente algo a la diosa que odiaba, pero había leído que ella tenía el poder suficiente para eso. Al principio Katherine se negó a tan siquiera pedirle algo a la Diosa Blanca, pero quizás si le ofrecía una gran ofrenda todo cambiaría. Katherine en su mente tenía la idea de que lo peor que le pudiera pasar con la deidad blanca era que la matara, pero eso a ella no le importaba. Quería volver a sentirse querida y útil para su familia y que aho