|| Capítulo [05]: Sufriendo en silencio... ||

1596 Words
El sentimiento que portaba Harry era de enojo y tristeza, se encontraba solo en su habitación miraron por la ventana. Karl se había retiro poco tiempo después que se dio cuenta de que su madre estaba escuchando la conversación que tenía con el joven moreno, ambos chicos se encontraban tristes, pero por razones diferentes. Harry había tenido su primera transformación hoy, y aunque en la escuela se lo habían explicado se sintió molesto porque muchos de sus compañeros sentían que no iba a lograr hacerlo por ser un mestizo. En algún momento quiso hablarlo con Katherine, el cómo se había sentido hace días atrás, pero era humana... El propio Harry sabía que ambos eran diferentes y que ella no entendería el cómo se sentiría, con Dominik nunca había hablado mucho, pero aun así sabía que tenía la confianza para hacerlo. Incluso también con Noah, pero... Este era un Beta. Ya habían pasado unas cuentas horas de lo que había pasado y en ningún momento llego a salir de su habitación, no tenía a otro lado a dónde ir más que la mansión, escucho unas toques leves a la puerta y eso llamo su atención. — Pase... — La puerta de madera se abrió con cuidado mostrando a Dominik, Harry por dentro sintió una leve culpa al verlo allí. Sabía que el esposo de su madrina trabajaba en la empresa y que se encontraba ocupado, y que lo llamarán por el problema que hubo hacía que se sintiera culpable por hacerle perder su tiempo. El Alfa cuando estuvo dentro de la habitación la cerro y se sentó a un lado de Harry, el sofá que estaba justo en la ventana y era lo suficientemente grande para ambos. Por un momento ningún hablo, Dominik había pasado por la escuela primero y le habían explicado lo que pasó, pero cuando llegó a la mansión quiso hablar con su esposa y aunque la busco por todos lados no la encontró, y ningún empleado la vio tampoco. — Estás suspendido por tres días en la escuela y Karl dos días... — Harry no le importaba que lo suspendieran, en ese momento lo veía como algo irrelevante y eso podía notarlo el Alfa. — No he hablado con Katherine sobre lo que pasó, me lo han dicho las empleadas… — Nuevamente, el moreno se quedó callado sin verlo al rostro. — Dime lo que pasó, Harry. — Los labios morenos del niño se fruncieron al sentir un sentimiento de ansiedad en su cuerpo, su corazón comenzaba a latir con más fuerza y se sentía extrañamente ansioso por lo que pasaría. — Me lo habían explicado en la escuela… sobre nuestra primera transformación, pero me hubiera gustado que me lo hubieran dicho acá. Solo me dijeron que pasaría cuando menos me lo espere y cuando estuviera tranquilo, pero no fue así. — El rostro de Harry se frunció. — Ese niño me estuvo molestando por varias semanas atrás, me decía que por ser un mestizo no me podía transformar y que todos mis compañeros ya lo habían hecho... No le quise decir nada a nadie y mucho menos a Katherine, pero hoy me llegó a molestar mucho más, sentía unas fuertes emociones dentro de mí y como algo se apoderaba de mi cuerpo... Intenté controlarme, pero él seguía diciendo cosas y le tiré el balón... Hasta que deje que todo lo que sentía fluyera y salió mi lobo interior. — Dominik entendía a Harry, sabía el sentimiento que tuvo en esa pelea y como era que tu lobo interior se apoderará de tu cuerpo y actuará por defensa. — Dolió... Dolió cuando me transforme y cuando mi cuerpo volvió a como estaba. — Dominik soltó un suspiro. — Sí... Nadie te avisa si te llega a doler, pero solo dura cinco veces en las que te vas transformando. Yo también pase lo mismo que tú, Harry. En mi caso la primera vez que pasó fue cuando sentí que le daban mucha atención a mi hermano menor, en ese momento sentía que me habían dejado de lado y todas las noches cuando todos dormían me iba al bosque y me forzaba a transformarme... Dolió tanto que cuando sucedió me desmaye todo el día y nadie me busco, pensaron que me encontraba caminando por allí. Pero cuando mi abuelo supo que nadie me había visto fue quien me cuido durante aquellos dolores y me guío en cada cosa... Dejarme decirte que puedes contar conmigo, Harry. Puedo guiarte y enseñarte todo lo que sé, pero tienes que prometerme que de ahora en adelante harás las cosas bien. — Harry por un momento miro sorprendido a Dominik, no se esperaba por nada del mundo que este lo ayudará, y con la emoción que sentía se lanzó hacia él para abrazarlo. — ¡Gracias!… — Dominik correspondió el abrazo mientras le acariciaba el rostro. — Pero... Tienes que disculparte con Katherine. — Harry solo asiente con su cabeza. — Vamos, busquemos a Karl y hablemos con Katherine... (…) Katherine aún no se podía sacar de la cabeza las palabras que le había dicho Harry, sentía tantos sentimientos negativos que no podía pensar con claridad. Y además que el propio profesor de los chicos quería hablar con Dominik en vez de ella, y todo porque ella era humana. Ella había pasado mucho tiempo leyendo sobre cómo era la r**a de su esposo y aún seguía leyendo sobre esa información, pero parecía que nada importaba... Ella misma veía que nadie notaría su esfuerzo... — ¿¡El joven Harry le dijo eso a nuestra Luna!? — Un susurro no tan discreto se escuchó cerca de donde se encontraba Katherine, nuevamente era la voz de una de las empleadas. Sus labios se fruncieron con fuerza ante el chisme que ahora ya corría por la mansión. — ¡Te estoy diciendo que si!… ¡Lo escuché a la perfección porque soy una Omega!… — Katherine se encontraba en un invernadero de flores que tenía una piscina, ella se encontraba acostada en una cama de madera para piscina y a su lado tenía una botella de vino junto con la copa ya casi vacía. — Pero el joven tiene razón, es una humana y no nos entiende para nada del mundo... Además... — Ya no lo podía soportar, Katherine ya había llegado al límite por lo que la interrumpió. — Además de estar hablando a mis espaldas no tienes ni la decencia de hablarlo en un lugar más privado o de callarte la maldita boca cuando no son tus problemas. — Las voces dejaron de escucharse y Katherine sonrió. — Es mejor que te muestres ahora, maldita hipócrita. Y hablo de las dos... — Katherine escucho como una de ellas tragó saliva, fue tal el sonido que hasta ella lo escucho. Los pasos se acercaron a Katherine dejando a la vista a las dos empleadas, la mano pálida de la de cabello cobrizo agarra su copa tomando un sorbo de vino. — Mi luna... — Una de ellas se intenta excusar, pero Katherine la interrumpe sin darse cuenta de que Noah, Dominik y los chicos estaban viendo todo justo en ese momento. — ¿Mi luna?… Ahora tienes las malditas agallas de llamarme así cuando te he descubierto hablando mierda de mí, vaya que la hipocresía vuela en este lugar. — Las palabras de Katherine salían como veneno, y es que no lo podía evitar. Había aguantado tantas miradas por ser diferente y que ahora estuviera escuchando que estaban hablando de ella... Era inaceptable y tenía que ponerlos en su sitio. — No era mi intención, yo solo estaba... — La empleada miraba con miedo a su Luna. — ¿Estabas que?… ¿Por qué no dices la verdad que tanto están ocultando todos en la manada?… Quiero escucharte a ti ahora mismo... — ¡Katherine! — La voz enojada de Dominik se escuchó en el lugar, las empleadas soltaron un respingo ante la fuerte voz. Las feromonas del Alfa estaban en todo el lugar. — ¡No debes de hablarles así! — Su esposo se acerca junto con los demás que estaban detrás de él. — Disculpen, pueden retirarse. — Las empleadas no esperaron nada más y se retiraron enojando aún más a Katherine, una sonrisa cínica sé nuestra en su rostro. — Que irónico... Tenemos los dos el mismo rango de mando y aun así te hacen caso a ti. ¿Por qué será? — Pregunta lo último con sarcasmo tomando el vino mientras veía hacia otro lado, Dominik la mira molesto. — No entiendo que te pasa, Katherine. — Katherine se levanta dejando la copa en la mesita junto con la botella. — (Nunca lo harás...) — Aunque Katherine lo haya pensado Dominik la había escuchado por la conexión que tenían ambos, los pasos que ahora daban su esposa se dirigían hacia la salida. — Yo quería disculparme contigo. — La voz de Harry hizo que detuviera sus pasos, volteó su rostro para mirarlo. — ¿Por qué?… Si lo hecho, hecho está, ¿No? Por algo lo dijiste y por algo ellas junto con toda la manada también piensan lo mismo. Pero si te hace mejor, Harry... Te perdono. — Las últimas palabras se encontraban vacías dejando a todos allí sorprendidos, Katherine ya no se sentía bien en ese lugar, necesitaba salir de esa mansión... Y de esa manada. Cuando ya estuvo lo suficientemente lejos del sitio soltó un suspiro mientras se montaba en una de las camionetas. — Creo que es momento de visitar un rato a Mar...
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