When you visit our website, if you give your consent, we will use cookies to allow us to collect data for aggregated statistics to improve our service and remember your choice for future visits. Cookie Policy & Privacy Policy
Dear Reader, we use the permissions associated with cookies to keep our website running smoothly and to provide you with personalized content that better meets your needs and ensure the best reading experience. At any time, you can change your permissions for the cookie settings below.
If you would like to learn more about our Cookie, you can click on Privacy Policy.
¡Es tan infame! ¡No puedo creer que después de todo, Alessandria este en su oficina! ¡En su oficina! ¿Por qué contesto el teléfono? Al escuchar a Edmund pronunciar su nombre me hizo sentir la mujer más tonta del planeta. Engañada y molesta, lo bueno de todo esto era que no tenía que ver el rostro de Joseph esta noche. ¿Cómo no me di cuenta de su engaño? ¡Soy una tonta por creer que podría estar enamorado de mí! - ¡Disculpe señorita! -Se excuso- Tengo obligaciones pendientes y aunque quisiera, no me permite hacer ese tipo de cosas. -No hay nada de malo en que cenes conmigo-Digo suplícate- No quiero salir a la calle yo sola y menos a cenar, los lugares que conocía ya no están. Soltó un suspiro -Bueno, creo que podría dejar algunas cosas para mañana pero podría despedirme por esto.