Cuando por fin me encontré sola en mi habitación, tome asiento sobre mi cama para razonar un par de minutos, tratando que mi cerebro y mi corazón volvieran en sí. Me consideró avergonzada, lo más extraño era lo que deseaba lo lo hiciera. Que él me viera semidesnuda solo confirmaba una cosa que me ponía los pelos de punta. ¡No quería! ... ¡No queríamos comenzar a sentir nada por mi hermano! ¡O al menos creo que aun puedo considerarlo mi hermano! - ¡Abigail! ¿Estás despierta? - Escuche la voz de mi madre del otro lado de la puerta. —Si mamá, espera un segundo— Aprecio a ponerme la ropa que ya había preparado, y abrí la puerta. - ¡Me sorprende mucho que ya estés despierta! —Se pasea alrededor de mi habitación, observando el desastre que hay— ¡Ángelo ha sido una buena influencia para