{RACHEL}
- No, no, no, no puedes morir, no me dejes- grito entre lágrimas, moviendo a Mary por los hombros.
Parece que no respira, parece que ya es demasiado tarde.
Y no me atrevo a comprobar su respiración.
Salgo corriendo y gritando del apartamento. Grito, grito ayuda a toda voz, a lágrima viva.
¿Por qué desde que empezó el apocalipsis mis cumpleaños tienen que estar rodeados de muerte? ¿Por qué?
- ¡AYUDA! ¡AYUDA!- grito una vez fuera, llamando la atención de algunas personas que están cerca en este momento.
- ¿Qué pasa?
- ¿Por qué gritas tanto? ¿Qué ha pasado?
En poco tiempo me veo rodeada de una pequeña multitud.
- ¡Mi amiga! ¡Está arriba! ¡Se ha suicidado!- digo con la voz rota, señalando hacia arriba-. Quinto piso...
En poco tiempo llegan los guardias y los médicos. Algunas personas que ni conozco intentan consolarme pero no puedo, no puedo parar de llorar.
Con la vista nublada por las lágrimas, consigo ver como sacan a Mary del edificio, en una camilla y conectada a algunos cables. La llevan hasta una ambulancia todoterreno que puede pasar fácilmente por la nieve.
- ¡Voy con ella!- grito corriendo hacia la ambulancia.
- Espera- me para un guardia antes de pasar por la puerta trasera de la ambulancia-. ¿Eres familiar de ella?
- ¡Sí!- miento, desesperada-. Soy su hermana...
- Está bien, pasa.
Me coloco al lado de la camilla donde yace Mary conectada a algunas máquinas.
- ¿Está bien? ¿Sobrevivirá?- le pregunto a un médico que la atiende.
- Hasta que no lleguemos al hospital y le hagamos algunas pruebas no lo sabremos con seguridad.
- Pero está viva, ¿no?- le pregunto secándome las lágrimas.
- Está muy débil pero sí. Esperemos que aguante un poco más- me informa el médico.
Una vez en el hospital de Yanna, no me dejan pasar a su sala, así que me tengo que quedar fuera, sentada en los banquillos, sufriendo.
Minutos u horas después, no sabría decir cuanto tiempo he pasado sentada, a la espera de saber cómo está Mary, aparecen algunos de mis amigos.
- Acabamos de enterarnos y hemos venido lo más deprisa posible, hemos dejado a Andrew con Maya, Clare, Gigi y Crystal- me dice Jack sentándose a mi lado.
- ¿Estás bien?- me pregunta Liam, sentándose a mi otro lado.
- ¡¿Eso es lo que te preocupa?!- le grito a Liam-. ¡En vez de preocuparte por mí, deberías preocuparte por tu hermana!
- Yo...- empieza Liam pero lo paro.
- No, iros, todos- les digo mirando a uno por uno, a Jack, a Liam, a Kat, a Zeth, a Caine, a Luke y a Mike-. A ninguno os cae bien Mary, seguro que estaréis pensando que ojalá se muera, no merecéis estar aquí.
- A mi no me cae mal la chica...- dice Zeth.
- Da igual- hago un gesto quitándole importancia-. Necesito estar sola...
Todos se van, todos menos Zeth.
Cuando me doy cuenta, está sentado a mi lado.
- ¿No te vas?- le pregunto.
- Sé cuando alguien necesita consuelo y me da igual lo que digas. Voy a quedarme aquí- me dice Zeth.
- No hace falta, en serio, estoy bien- intento forzar una sonrisa.
- No, no lo estás- me dice mirándome.
Evito mirarlo a los ojos.
- Mira, Zeth, no necesito compañía, lo que necesito es estar sola y pensar. Así que por favor, vete.
- Como quieras...- dice este y termina yéndose.
Suspiro y me recuesto sobre el banquillo.
Está anocheciendo. Tengo sueño. Pero no quiero dormirme sin saber cómo está Mary.
Los médicos pasan por delante de mí, van y vienen de la sala de Mary. Les pregunto cómo están pero siempre me dicen lo mismo, que me tranquilice y espere.
Los ojos se me cierran.
- ¿Eres la hermana de Mary Fire?- me pregunta alguien, un médico, cuando estaba a punto de dormirme, y abro los ojos de par en par.
- ¡Sí, soy yo! ¿Cómo está ella?
- Ha perdido mucha sangre...- dice el médico y me preparo para lo peor-. Hemos conseguido estabilizarla- suspiro de alivio-, pero aún sigue inconsciente. Y puede que pase así unos días hasta que se recupere.
Le doy las gracias y se va.
Ahora estoy más tranquila, ahora sé que vivirá. No me imagino un mundo sin Mary, la necesito en mi vida, es mi hermana, no de sangre pero sí de corazón.
Me duermo sin poder evitarlo.
Sueño que una mano me arranca el corazón y lo parte en dos justo delante de mí.
Despierto sobresaltada y me llevo la mano al pecho, sigo teniendo mi corazón, aunque está roto, hace tiempo que se me rompió.
Me doy cuenta de que tengo una manta azul oscuro por encima.
¿Quién me la habrá traído?
Miro hacia mi lado izquierdo y al final de la fila de bancos se encuentra el chico de la máscara, Zeth, con los ojos cerrados, con la espalda apoyada en la pared y estirado sobre unos cuantos bancos.
Él me habrá traído la manta y, a pesar de todo, no me ha dejado sola.
Me acerco a la ventanilla de la puerta de la sala donde está Mary. No puedo verla porque una cortina impide que vea a los pacientes.
Suspiro y me doy media vuelta.
Y justo delante de mí me encuentro unos ojos como los míos, uno verde y otro azul.
- Creí que estabas dormido... Menudo susto me has dado- le digo con una mano en el corazón.
- No pretendía asustarte- dice él y se asoma por la ventanilla-. ¿Sabes ya cómo está?
- Viva. Inconsciente pero con vida- le digo y él asiente, con una sonrisa.
- Tengo que irme a entrenar. ¿Estarás bien?- me pregunta y yo asiento con la cabeza.
- ¿No te llevas la manta?
- No, quédatela.
- Gracias- le sonrío.
- No tienes por que darlas- me dice y se va.
Me informan de que Mary sigue en el mismo estado y yo espero en el mismo sitio. No me iré hasta que Mary se recupere.
Mi primo y Luke pasan a verme y traerme algo de comer.
Liam también se pasa y me pregunta por qué dejó quedarse a Zeth y no a él, a lo que le respondo que también le dije que se fuera pero se quedó. Y luego le digo que quiero estar sola y se va.
Paso el resto del día sola, pensativa.
Estoy harta de los ataques de celos de Liam, creí que confiaba más en mí pero en cuanto se me acerca un chico que no es él, me mira desconfiado. Tiene una obsesión muy grande por mí, no quiere que me vaya de su vida. Es muy controlador. Y yo no quiero una relación así.
Además, los dos hermanos Fire, Liam y Mary, me quieran para ellos y no quiero que por mi culpa se peleen. Yo no soy el objeto de nadie. Me tendrán, pero como amiga, nada más.
Al día siguiente, Liam vuelve y se sienta a mi lado.
- ¿Alguna novedad?- me pregunta cogiéndome una mano y acariciándola.
- No, sigue igual- suspiro, le aparto la mano y lo miro a sus ojos grises, casi negros-. Tengo que hablar seriamente contigo.
- No me gusta como suena eso- se asusta él.
- Me da igual si te gusta o no. Mira, en estos últimos días lo he pensado mucho y creo que lo que hay entre nosotros...
- No, no sigas- me interrumpe Liam-. No quiero escucharlo.
- Eres un crío- le digo a Liam muy seria-. A lo que iba, creo que lo nuestro no es amor, es obsesión.
- ¡¿Qué?!- dice el chico de la cicatriz frunciendo el ceño-. ¡No, yo te amo, Rachel!
- Si de verdad me amaras, me dejarías salir de esta isla, me darías más libertad, no serías tan controlador...
- Yo... lo que hago es por ti, por nosotros...
- Déjate de excusas, Liam. Mira, yo ya no sé lo que siento por ti... Te quiero, sí, pero no sé si hasta el punto de amarte y quererte a mi lado toda mi vida. Siento algo muy profundo por ti, desde el primer segundo que te conocí allí en La Llama, es como una atracción electromagnética, como si fuésemos polos opuestos. Hasta hace poco creía que eso era amor, pero ahora no estoy nada segura de ello...
- Es amor, Rachel, te amo y tú me amas, es así. Y si crees que no, siempre podemos seguir adelante. Con el tiempo nos tendremos más cariño- me dice Liam intentando cogerme una mano de nuevo pero las retiro.
- ¿Ves? Eso es lo que no me gusta de ti. Eres muy posesivo, tú no eres mío y yo no soy tuya, no soy de nadie, ¿te queda claro?
- No lo digo de esa forma y tú lo sabes. Me refiero a que siempre nos tendremos el uno al otro.
- "Siempre" es una palabra muy grande, Liam. Estás siempre atento al futuro, a que todo salga como tú quieres. Deberías pensar más en el presente- le digo seria.
- Puedo cambiar, Rachel, en los aspectos que tú quieras- me dice Liam, preocupado.
- No quiero que cambies por mí, nadie debería de hacerlo. Y ya lo tengo decidido, Liam...
- ¿Decidido el qué?- dice este con los ojos brillantes.
- Que lo nuestro se ha acabado- le digo secamente.
- No, no...- dice Liam negando con la cabeza-. Eso no puede ser. ¡He estado buscándote todo este tiempo, Rachel! ¡En mi cabeza solo estabas tú, incluso cuando te creía muerta! ¡No puedo dejarte ahora!
- Siempre eres igual, Liam. ¡Acepta los hechos de una vez por todas!
- No podía ser otro día, tenía que ser el día de mi decimoséptimo cumpleaños- dice Liam y se le cae una lágrima que le recorre su cara, por la cicatriz que le hizo su padre cuando intentó salvar a su madre.
- Lo siento, Liam. Iba a dejarte de todas formas, así que cuanto antes mejor- le digo con una sonrisa triste.
- No- solloza Liam y se limpia las lágrimas-. Nosotros dos no rompemos, volverás a ser mía, aún no hemos terminado...
- Deja ya ese aire misterioso que tenías cuando estabas en La Llama, no me gusta. Tienes diecisiete años pero pareces un chico más pequeño, eres un inmaduro.
- ¡NO!- grita Liam, demasiado fuerte-. ¡Esto no puede acabarse, yo te amo, te necesito como al respirar! ¡Esto no acaba aquí! ¡De una forma u otra nosotros dos estamos predestinados, nuestro destino está unido!
- ¡Deja de comportarte así!- le digo alzando la voz-. ¡Pareces un loco maniático! ¡Eres un manipulador! ¡Si he estado contigo ha sido por eso, me has manipulado desde que me conociste, ahora me doy cuenta!
- Estás muy equivocada, Rachel. ¡Yo sé por qué estás así! ¡Es culpa de Mary! ¡Te ha lavado el cerebro, no sería la primera vez! ¡Se ha hecho un pequeño corte solo para que me dejes! ¡Lo tenía todo planeado! ¡Mi estúpida hermana! ¡Vete a hacer guarrerías de lesbiana con ella!
- Pues no, no es por ella. Pero visto lo visto, prefiero estar con ella antes que contigo- le digo, ya enfadada.
Liam aprieta los puños, aprieta los dientes. Parece que intenta calmarse.
Pero no lo consigue.
Grita, enfurecido, y corre hacia la sala de Mary.
Sorprendida, veo como Liam entra en la sala y corre hacia la cama de Mary.
Lo sigo a toda prisa y me quedo de piedra.
Liam le ha quitado a Mary todos los cables con los que la mantenían viva y está ahorcándola, apretándole su cuello para matarla.
- ¡Hijo de puta!- le grito y lo separo de allí.
Lo saco a empujones a la misma vez que un médico vuelve a la sala y empieza a conectar a Mary de nuevo a las máquinas.
Con ayuda de los guardias y los médicos, Liam sale del hospital, gritando como un loco, más furioso que nunca.
Da más miedo de lo que daba su padre.
- ¿Quieres tomar alguna medida contra el chico?- me pregunta un guardia.
- ¿Denunciarlo? No, no merece la pena- le digo y el guardia asiente.
La verdad es que en parte ha sido mi culpa, he sido muy dura y muy directa con él.
Los médicos logran estabilizar a Mary.
Me quedo unas horas más esperando hasta que me llaman.
- Se ha despertado- me informa un médico y abro los ojos de felicidad.
Corro hacia la sala y me arrodillo al lado de la camilla de Mary.
- ¿Cómo estás?- le pregunto cogiéndole una mano.
- Bien... creo... Aunque he tenido un sueño muy agobiante. Soñaba que me ahogaba, no podía respirar...
- Pero estás bien- le sonrío y le beso en la frente.
Mary se queda callada y evita mirarme, no puede.
- Oye...- le digo ya más seria-. ¿Por qué hiciste eso?
- Tú lo sabes...- suspira Mary.
- No, no lo sé- le digo aunque sí que lo sé.
- Me puse muy celosa, ¿vale? No podía soportar verte con él... con Liam... Y lo estaba pasando muy mal en la fiesta, me sentía fuera de lugar, me sentía vacía, todos me apartaban, nadie me quiere...
- Me lo imaginaba...- suspiro-. Pero ya no tendrás de que preocuparte, he cortado con tu hermano. Y sí hay gente que te quiere. Yo, y Andrew, somos tu familia y debería bastarte con eso.
- ¿Por qué has cortado con Liam?- me pregunta Mary, sorprendida.
- No ha sido por ti, eso que te quede claro. He cortado con él porque me he dado cuenta de cómo es en realidad y de que no lo amo. A ti tampoco, pero te quiero mucho, como una hermana.
Mary se me queda mirando y sigo hablando.
- Quiero que nuestra relación siga siendo la misma como hasta ahora, como hermanas, pero he de avisarte de que habrán más chicos en mi vida. O chicas, quién sabe, pero tienes que aprender a aceptarlo y asimilar que nuestra relación no va a ir a más.
- Vale- asiente Mary levemente-. Me costará algo de tiempo pero lo aceptaré. Además, seguro que encuentro a alguien que también me guste tanto como tú.
- Sí- le sonrío-. Claro que lo encontrarás. Solo hay que mirarte, eres un pivón, seguro que te saldrán muchos partidos.
- Eso está claro- sonríe de lado Mary.
{JACK}
Pasan los días.
Zeth, Kat y Caine ya están preparados. Ahora les toca descansar y prepararse para su primera misión fuera de Yanna. Rezaré para que vuelvan sanos y salvos, los tres.
Me enteré de que Rachel y Liam habían cortado. Bueno, más bien Rachel con Liam, porque el chico parece que no acepta la ruptura.
No se sabe mucho de él, pasa la mayor parte del tiempo encerrado en su habitación de su apartamento, solo, sin querer el consuelo de nadie.
Y Mary ya está totalmente recuperada y vuelve a hacer su vida normal, según me ha informado mi prima.
3 de diciembre.
Esta mañana me ha parecido haber visto una sombra a lo lejos, en la nieve, cuando iba de camino al centro de investigación de Yanna, donde yo y Mike continuamos nuestro curso de química y biología.
Esa sombra me recordó al que una vez fue mi enemigo, a Kendrick. Parecía su perfil pero no estoy muy seguro de que fuera él, ni siquiera sé donde vive. No lo veo desde que llegué a Yanna, hace casi dos meses. No sé cómo llevará su vida, si habrá dejado atrás su temporada de chico malo o aún sigue acechando a gente inocente. No sé que ha sido de él y eso me hace sentir un poco de miedo e incertidumbre.
Por la tarde, voy al piso de Rachel. Mary y Andrew no están y mi prima no sabe donde han ido.
- Tengo miedo- me dice mi prima.
- No eres la única.
- Pero de lo que más tengo miedo es de la actitud de Liam. No sé hasta qué punto es capaz de enloquecer ni qué es capaz de hacer. Me da miedo.
- No creo que haga nada malo. Yo tengo miedo de la gente en general, empezando por Kendrick.
- Aún no he visto a ese tío. Si es tan malo como dices ser, tiene que dar miedo.
- Pues sí. Me lo encontré esta mañana. O al menos, creo que era él. Solo vi su sombra y lo seguí. Pero desapareció. Giré una esquina y ya no estaba. A ver, no me malinterpretes, me gusta este sitio. Se respira libertad y puedo tener una casa propia sin tener que vivir bajo el mismo techo que individuos indeseados, pero la gente...
- Es que es eso... No confío en casi nadie...
- ¿No te resulta muy familiar esta situación?- le pregunto.
- Sí, me acaba de venir un flashback a la cabeza. Todo nevado, no poder llevar armas, la gente... Me recuerda a La Llama.
- Sí, exactamente, es una situación muy parecida. Y necesito estar preparado para lo que vaya a ocurrir y que no me pille de improvisto, como en La Llama. Tú tienes tu ballesta pero yo no tengo armas...
- Tienes razón- asiente ella.
- Y por eso te tengo que pedir un favor. Cuélate en la armería, de noche, que es cuando puedes pasar desapercibida, y consígueme un arma. Lo haría yo pero no soy muy sigiloso. Soy muy torpe, seguro que me pillarían, pero tú... a ti se te da genial...
- Está bien, lo haré- asiente Rachel-. Y de paso, cogeré algunas flechas más para mí.
- Estupendo- le sonrío agradecido.
4 de diciembre.
Llevo justo dos meses en Yanna.
Liam, Caine, Kat, Maya y Clare solo llevan un mes.
Ha pasado de todo en este último mes, ha sido un caos. Pero ya se ha calmado la cosa, o eso creo.
Mi relación con Crystal es perfecta, he vuelto a ser muy amigo de Gigi, me llevo genial con Maya y con Alex y Abadón. Y yo y mi prima hemos conseguido no pelearnos por un tiempo.
Lo que me preocupa ahora es el resto de la gente, los desconocidos que rondan por la isla.
Son miles de personas y no todos son unos santos.
Tal vez sean paranoias mías, producto de lo que pasó en La Llama, pero necesito estar preparado por si las moscas.
Espero a mi prima en el salón de mi apartamento, leyendo un libro histórico de América.
Gigi está cocinando algo y Crystal está en la ducha.
Alguien llama a la puerta. Gigi le abre y aparecen mi prima con el pequeño Andrew.
Me entrega un maletín y reviso que el arma se encuentra dentro.
Y así es.
Pero no es un revólver normal y corriente como me esperaba, es un Revólver Apache, muy poco común. Nunca había visto uno de estos pero sí había oído hablar de ellos. Es un revólver que incorpora varias armas distintas, como un puño de acero plegable, que a su vez forma la empuñadura, así como un rudimentario cuchillo plegable de doble filo.
- Muy bien- le sonrío a mi prima.
Ya estoy preparado para lo que pueda pasar.