Campamento

1342 Words
Si te caíste ayer, levántate hoy - H. G. Wells Adrian carter Estoy sentado solo, en un tronco, en el campamento de la escuela nueva donde mi madre me inscribió, ya que la vieja escuela, quedaba cerca de la vieja casa, y mi antigua vida…. –Adrien, ven a jugar.– Me grita Carlos un niño que se empeña en ser mi amigo, y al cual rechazo una y otra vez, parece que no piensa darse por vencido, debería esperar sentado, porque yo no quiero ni necesito su amistad. Me levanto del tronco y el sonríe al creer que voy a entrar a jugar en la improvisada cancha de futbol, sin embargo camino en dirección a mi cabaña. Me acuesto en mi cama, y comienzo a llorar, tal vez pocos me entiendan, con mi madre me muestro indiferente, pero adaptarme a esta nueva vida me está costando, desde que caí desmayado en esa cancha no he vuelto a ver a mi papá y aunque fue su decisión no verme mas yo amo a mi padre y lo extraño, por mi enfermedad se marcho, todo lo malo que nos ocurre es culpa mía. En la escuela nueva ya saben que mi padre nos abandono y eso es suficiente motivo para el rechazo, además no puedo hacer actividades físicas como jugar al futbol ya que soy una persona defectuosa ahora.. Todo lo que pasa en mi vida es malo, no importa los lujos que tengo ahora en casa, si esta vacía, no importa que sea el mejor colegio si no estoy con mis amigos, no importa que la cancha del colegio sea la más bella, si no puedo jugar en ella… ¿Por qué ninguno pensó en mi cuando tomaron sus decisiones?, estuve seis meses solo con Luna y ella tenía que trabajar, mi vida es un asco, mi madre volvió…Pero no la veo igual, ella me dejo solo cuando más lo necesitaba, la enfermera que contrato Luna, me hablaba solo para darme las medicinas, no es fácil ser yo, hubiese sido preferible no despertar de esa operación. –Mi papá.– Balbuceo, tal vez no es el mejor pero yo lo extraño, sé que soy defectuoso y no soy el hijo que esperaba, pero yo le amo. Mi madre sonríe ahora, como nunca la vi sonreír, ella es feliz después que se separo de mi papá, pero yo quisiera que estuvieran juntos en nuestra casita, sin lujos ni nada, pero tenía una familia completa, despertaba molestando a mi hermana, antes que saliera para la universidad. Ahora casi no la veo ya que es el sostén de la casa, y debe trabajar mucho para darnos lo necesario, no tengo idea de los sacrificios que hicieron para que yo viviera, pero no me importa hubiese sido preferible que muriera, pensando esto lloro y pataleo en la cama ¿Por qué nadie piensa en mi? –La nena está llorando.– Se burla uno de los niños, de la escuela entrando en la cabaña que compartimos, trato de serenarme para que deje de molestarme –Vete al diablo José, déjame en paz.– Le digo entre hipidos, mientras él, se truena los dedos. –Te voy enseñar a respetar, pequeña rata de alcantarilla.– Amenaza caminando hacia mí, esta escuela es una pesadilla… –Yo que tu lo pensaría dos veces.– Señala, Carlos desde la puerta aparentando serenidad. –Tú no te metas, Daniels, este asunto es entre la rata y yo.– Responde, José molesto. –Lo que sea con Adrien, es conmigo,.– Me defiende el otro niño que vivo rechazando. –Te lo digo de nuevo Carlos metete en tus asuntos.– –Deberías meterte con alguien de tú tamaño o más grande.– Reta Carlos. –¿A si quien, tu, eres un pobre desnutrido.– Se burla José y Carlos se mira las uñas y sonríe. Cuando entra el profesor Leonardo Guerrero de educación física. –Si te llego a ver molestando otra vez a Carter, se me va a olvidar que soy tu profesor okey.– –Voy a hacer que mi padre lo bote del colegio,.– Amenaza José, seguro. –Inténtalo.– Dice el profesor confiado y riéndose en la cara del chico. –Mi padre, es amigo del director.– Le dice el chico seguro –Y yo soy uno de los dueños del colegio, cuidado y él que se termina marchando eres tú, no necesito sabandijas en mi colegio.– Le revela el profesor y el chico se pone pálido. –Pídele disculpas a Carter.– Le ordena el profesor yo me levanto de la cama. –Disculpa.– Murmura con rabia dándome la mano de mala gana y apretándola con más fuerza de de lo normal. –Aceptadas.– Le digo yo, no sé si esto empeore mi situación, es posible ya que no me supe defender solo. –José se va azotando la puerta y el profesor me mira de forma evaluadora– Debes decirme si te vuelve a molestar okey.– –Okey.– Respondo yo, aunque no pienso hacerlo… –¿Por qué no quieres ser mi amigo?.– Me pregunta Carlos. –Yo no puedo jugar y hacer muchas cosas ¿Para qué necesitarías un amigo como yo?.– Indago, molesto con mi situación. –Mi padre, me enseño a querer a todos por igual, sin importar sus diferencias, su hermano ha estado en silla de ruedas toda la vida y no por eso lo deja solo.– –Tú no eres mi hermano.– Le respondo, que no tiene porque echarse semejante responsabilidad en sus hombros. –Pero podríamos serlo.– ofrece, dándome la mano. Tal vez la idea del campamento del colegio no esta tan mal, extraño a mis antiguos amigos, pero ya tengo uno nuevo, pienso… –Cualquier problema, me avisan okey. – Indica el profesor, con los brazos cruzados, luego sale de la cabaña. – ¿Sabes jugar ajedrez?– Pregunta Carlos con una sonrisa. –No. – Respondo desganado. –Es divertido y hace desarrollar la inteligencia. – Intenta motivarme y yo pienso que es un juego para nerd, pero no voy a rechazar al único chico que me ofrece una amistad sincera. Saca de su mochila el tablero, y las piezas y comienza a arreglarlas emocionado en mi presencia, mientras nos sentamos en el borde de la cama. –En el ajedrez jugamos a la guerra, y desarrollamos estrategias de batalla. – Me dice él y sigue sin parecerme interesante. –Estas piezas, se llaman peones…y comienza a explicar todo y yo a asentir, me enseña los movimientos que se pueden hacer, y los que no. –Explica con detalle cada cosa, de forma apasionada Nada pierdo con intentar aprender esto, tal vez me acabe gustando, Carlos parece muy emocionado. –Sabes a la mayoría de los niños no le gustan estos juegos, porque prefieren una consola de video juegos que Me dice te estupidizan el cerebro. – Expone, pareciendo interesante. –No te metas con mis video juegos, si yo le doy la oportunidad al ajedrez tu se la das a los juegos, ¿trato hecho?– Le digo dándole la mano y él, la toma sin muchas ganas. Eso me hace reír, ya que a mí tampoco me anima mucho lo que a él le gusta. –Te va a encantar el ajedrez. –el –Y a ti te van a encantar los videojuegos. – –Mi padre no me compra esas cosas. – Señala sincero. –Siempre podemos jugar en mi casa, yo si tengo videojuegos. – Le digo yo. –No me dejara ir a jugar. – Expresa con semblante derrotado. –Pero hacemos las tarea de ciencias juntos y cuando terminemos, jugamos. – Le explico yo –Eso sería genial. – Comenta, mientras comenzamos a mover las piezas como me enseño, no me parece tan aburrido después de todo, pasamos como tres horas jugando hasta que nos llaman para comer dejando la partida en el tablero en proceso….
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD