Esas palabras calaron en lo mas profundo de su ser, la necesidad que el profesaba sentir en medio de esas llamas, lo dejaron expuesto, algo sentía por ella, más allá de una fuerte atracción carnal. —Te amo. —Le susurro mientras le daba un beso en la frente, el aún permanecía con los ojos cerrados, no espero más. Salio de la habitación y corrio por todo el pasillo hasta llegar a los escalones, bajo tan rápido como pudo, necesitaba llamar urgente un doctor, sabía que Ginevra podría ayudarla con eso. Al entrar a la cocina no la vió, solo habían unas chicas del servicio parloteando. —¿Saben donde puedo encontrar a doña Ginevra?.—Estas la miraron con asombro como si encontraran rara esa pregunta. —A estas horas suele estar en su habitación, aunque no debe tardar en salir.—Acabo diciendo un