No podía creer lo que escuchaba, solo le faltaba el tener una suegra impertinente y mal hablada.
—Giuseppe deberías explicarle a tu madre que no cambiaste a Diana por mi, más bien te obligue hacerlo.—Si esa bruja pensaba ser insolente y que ella se quedaría muy tranquila, estaba equivocada.
—¿¡Cómo permites qué está niña te hablé en ese tono!?.—Parecía sorprendida, ella le hizo una mueca satírica con los labios.
—Hago más que eso, señora.—Si supiera como amaba decirle bestia, en especial en la intimidad.
—Creo que deberías replantear tu matrimonio, está niña es una irreverente mal educada, tu necesitas una dama dócil, perfecta como dianita .
— Mamá, deja en paz a Beatríz, además tu comenzaste.— Ella era un ángel si sabían tratarla, de lo contrario, sacaba sus garras.
—Es verdad Dasha
