Miraba hacia el exterior esperando respuestas, todo este caos había sido provocado por su falta de tacto, desde que vieron esos tipos, lo correcto hubiera sido marcharse para evitar semejante situación, ahora estaba en deuda con Giuseppe. Sintió un poco de alivio al ver a Raúl salir detrás de La bestia, ese hombre tenía cara de pocos amigos noto como le daba instrucciones a uno de sus guardaespaldas de paso le entrego las llaves de su coche. Raúl siguió a este otro. Trato de recomponerse, incluso ensayar algunas caras para recibirlo, se fue acercando más hasta verlo abrir la puerta, respiro profundo...su aroma fuerte, varonil, especiado con ese toque magnético que le hacía derretir las entre piernas la golpeó de una manera aún más caprichosa. Este apenas la miro, estaba que ardia de la r