No lo negaba, sentía cierta desesperación al no saber de Giuseppe, quiso llamarlo pero su orgullo estaba primero, los dos días siguientes los paso por suerte algo entretenida escribiendo en su blogs, yendo a más entrevistas de trabajo entre otras faenas, se sentía perdida en ciertos momentos.
Ese día se levantó más temprano de lo habitual, había quedado en pasar a buscar a su tía Serafine al aeropuerto, le serviría de distracción, cuando llegó está no tardo mucho en aparecer con cinco enormes maletas, algo exagerado de su parte, no solía durar más de una semana de visita. Ambas se saludaron, las ayudaron a subir las maletas y luego se fueron.
Coloco la música favorita de esta, para que se distrajera en el camino, después la quitó, al parecer deseaba hablar, parecía una bomba a punto de
