Carolina Estoy de pie frente al espejo de cuerpo entero en la suite del hotel en Hawái, con el corazón latiendo con fuerza en mi pecho. Ya casi estoy lista para salir y encontrarme con Gustavo en el altar. A pesar de las circunstancias tensas que rodean nuestra boda, con muchos de los familiares de Gustavo ausentes, la presencia de toda mi familia en este día especial es lo que la hace especial. Me miro en el espejo y sonrío. Mi vestido es hermoso, diseñado especialmente para embarazadas, y realza mi figura con elegancia, y con mi pancita de cinco meses de embarazo, estoy lista para dar una sorpresa al mundo. Nadie más aparte de nuestros familiares y amigos cercanos saben aún sobre mi embarazo, y planeo hacerlo público una vez que las fotos de nuestra boda se hagan virales. Es un se