Le pone algunos medicamentos que le ayudarán con el dolor de estómago. Zamira se queda a su lado hasta la última gota de medicamento en el suero. Derek se queda dormido por un instante, lo ve dormir y no puede evitar pensar que se ve tan agradable en esa situación. Una hora después, Derek se quita él mismo el suero, piensa que ya está bien y que lo tiene nada más que hacer allí. —¿Qué haces Derek?— Le pregunta Zamira al ver la torpe acción. —Ya no necesito estar más tiempo aquí, me siento mejor, tengo mucho trabajo por hacer— Le responde con sequedad. Derek no le da tiempo a Zamira ni de responderle. Solo puede ver cómo va desapareciendo en frente de sus ojos. Después de ocho horas de trabajo, Zamira por fin estaba de vuelta a la mansión. En aquella mansión siempre había un silencio