Capítulo 12

1730 Words
EROS Estaba hecho, la noche anterior luego de haber pensado mucho las cosas, había decidido ir a hablar con Clio, cierto ella solo era una diosa de la historia, pero sabía muy bien de los sentimientos gracias a los personajes que habían pasado por ella. — Ya no sé que hacer, deseo hacer tantas cosas con ella y por ella, pero no sé que es lo que siento, el problema es que no se trata solo de cosas físicas y sexuales, son cosas que pensé que no volvería a querer — digo frustrado pasando una mano por mi cabello. — Eros, No hay ningún problema contigo, es solo que has vuelto a enamorarte despues de muchos milenios en soledad, cierto no estás listo para ello, pero al menos Haste una promesa a ti mismo y a ella, y luego date tiempo para analizar lo que realmente sientes, examina como reaccionas y notarás que en ese momento estarás listo para asumir lo que sientes — dice [...] Su aroma embriagante, se quedó en mi ropa, yo ya sé lo que ella siente por mi, pero ella aún no sabe que Cupido y yo somos la misma persona, tenía que hacer algo respecto a eso mientras estaba lejos, no quería regresar para tener qu explicárselo todo y luego verla alejarse de mí. Pero, lo cierto es que hay más cosas implicadas en nuestros sentimientos, ella es una semidiosa, YO soy un dios, mi madre NO aprobará fácilmente que yo me haya vuelto a tener sentimientos por alguien que no durará eternamente, si bien es cierto que Anthea era una semidiosa, su vida si mucho llegaría a unos 30000 años y luego moriría en su misma imagen joven pero anciana en el interior, algo de lo que ella aún no estaba enterada y quizá sus hermanos tampoco. La ventana abierta de mi Lamborghini trae el aroma primaveral que hacía mucho no sentía, pro yo mi tía Persefone está a mi lado. — Que bonito anillo le has dado a Anthea, está tan sorprendida como feliz, pero tú le estás dando muchas vueltas a las cosas, está vez no estás solo, y ella tampoco, aunque ella no sepa quién realmente es, te ayudaré a hacérselo saber, ella y mis chicos merecen saber quiénes son, si bien su padre los ama demasiado, estar junto a ellos le resulta muy difícil, y no es fácil para él como mortal explicarles lo que él mismo no es ni entiende — dice algo frustrada. — ¿Que quieres decir cuando dices que NO estoy solo? — pregunto estacionando el auto frente a mi departamento — Está vez me tienes a mi, tienes a unos cuñados a los que les caes bien aún cuando ya saben cómo eres — dice y la miro. — ¿Que esperabas? ellos tienen un poco de eso que tú también — dice con una sonrisa — Eros solo, piensa bien las cosas,eso sí, lo de que eres Cupido tendrás que decírselo tu mismo — dice — después de todo hay cosas que cada uno debe explicar — añade como si se lo dijera también así misma. — Tía, ¿de verdad no te molesta que alguien como yo, este con tu única hija? — pregunto, sabiendo que el resto de hijos de mi tía son hombres como yo. — No, porque todos merecemos la oportunidad de ser nuestra mejor versión — dice y haciéndome un gesto baja del auto. Estaba claro que tomar una decisión y ser mi mejor versión una vez más seria difícil, Anthea era ella, si, pero también era Psique, pero ¿qué era lo que más me gustaba de ella ahora? Al principio pensé que tenían muchas cosas en común, luego, me enteré de lo que me realidad sucedía y finalmente no me doy cuenta hasta ahora, que aún cuando sepa que ella es Psique y en ocasiones sea Psique quien habla, nunca la llamo por ese nombre sino Anthea, así que la que me gustaba, la que me tenía en este momento de debilidad, curiosidad, deseo pero algo más allá era Anthea, decido que lo mejor es ir al club antes de marcharme, solo para comprobar algunas cosas pro mi cuenta.... — Hola, Tomasso, llegaré un poco tarde a nuestro encuentro — digo cuando siento que mi receptor toma la llamada — Oh, vaya tu querida niña, estaba muy emocionada por despedirme de ti, pero parece que le ha surgido algo y también nos pidió algo de tiempo — dice — ¿acaso le hiciste algo? — pregunta — No digas tonterías Tomasso, no haría eso con ella solo así — digo algo frustrado Detesto que pongan a Anthea a re se nivel, si, es cierto, han pasado muchas cosas entre nosotros, pero por más extraño y sorprendente que me parezca, la verdad es que no he ido hasta ese punto de no retorno con ella, tan solo sigo aquí esperando, aguantando pacientemente hasta estar seguro de que lo que siento no es solo efímera atracción y pasión, quiero estar seguro de lo que es este dolor punzón en mi corazón. [...] Estaciono en el aparcamiento del club, una camioneta Mazda a tres puestos de dónde se encuentra mi Lamborghini Aventador, llama mi atención es la camioneta de Anthea, pero ¿qué hacía Anthea en un lugar como este? nervioso y algo agitado bajo del auto y cierro de un portazo mi puerta. Reviso la matrícula y la placa del auto y efectivamente no ha Sido mi imaginación, es el auto de Anthea, frustrado doy media vuelta y salgo del aparcamiento entrando al club, allí me recibe Nix, quien está encargada de la recepción, me da una sonrisa y saluda. — Hola Eros, Psique te espera — dice —¿Psique? ¿acaso te refieres a la bailarina que no deja que nadie le toque? — pregunto y ella asiente — Así es, te espera en la sala VIP #1, dijo que necesitaba verte antes de que te fueras — añade y dejándola con la palabra en la boca hago mi camino Llegó a la puerta de la sala indicada y un aroma a frutillas y flores me envuelve, si lo sé, es Anthea, me tomo mi tiempo intentando controlarme «Todos merecemos la oportunidad de ser la mejor versión de nosotros mismos» recuerdo las palabras de mi tía Persefone y estás me dan valor para entrar, estaba claro, Anthea y yo no éramos nada aún, sólo había una promesa hablada y era solo del día de hoy, ella debía tener sus razones para estar acá, más tranquilo, abro la puerta, encontrándome con Anthea quien me sonríe y lleva puesta una túnica de seda rosa tan transparente que no deja nada a la imaginación. — Eros — dice la voz de Psique, nervios se apoderan de mí — no te preocupes, le he pedido permiso a Anthea para hablar contigo — dice y rápidamente se sienta en un canapé y haciéndome un gesto de que me acerque y me siente a su lado lo hago. — ¿De qué quieres hablar? — pregunto algo nervioso e incómodo — Lo sabes bien Eros, Anthea, ya sabe quien eres, mejor dicho, SIEMPRE lo ha sabido, pero espera a que tu se lo digas por tu propia cuenta — dice con un suspiro — Osea que ella ya sabe que yo soy ¿Cupido y Eros? — pregunto Psique sonríe y asiente — Me alegra que la veas cómo alguien completamente independiente a mi — dice — ¿Cómo es que tú y ella terminaron compartiendo un mismo cuerpo? — pregunto intrigado intentando cambiar de tema — Es una larga historia, Hades, me había dado un lugar privilegiado en el inframundo, debido a mi antigua posición como tu esposa, fue entonces que luego de mucho tiempo, llegó Persefone la amada mujer de Hades, llegó rogándole salvar a su pequeña hija producto de su amor con un humano — dice — ¿Querés decir que Anthea no viviría sin ello? — pregunto y ella asiente. — Podría decirse, sin embargo, yo no era la primera opción de Persefone, sino Megane el primer amor de Hércules, sin embargo, yo decidí que Anthea fuese mi reencarnación por elección — dice con anhelo — ¿Por qué la elegiste a ella? — pregunto confundido — Es porque ella se parecía a nuestra amada hija, nacida del fruto del amor de un dios y un mortal — dice — Pero pudiste haber Sido una diosa, ¿por qué no quisiste? — pregunto Entonces su mirada se clava en la mía y sostiene mi mano — Porque no estaba lista para la eternidad Eros, siempre quise amar a alguien y envejecer junto a esa persona, no estaba lista para hacer una transición tan grande — dice con sus ojos húmedos — No pensé que te sintieras así Psique — digo apenado —No tenías forma de saberlo, tu naturaleza es muy diferente a la mía, y aún cuando tuve la oportunidad de entender esa parte de ti, NO tuve suficiente valor para hacerlo, SIEMPRE supe que amarte no sería nada sencillo o común, pero estaba dispuesta a amarte hasta el fin de mis días — dice con una sonrisa mirando a la nada. — Gracias Psique, en verdad agradezco que me hayas amado, fue la primera vez para mí, en la que me permití entender lo que el amor significa en si mismo — digo Sujetando su mano — No hay nada que agradecer Eros, eso es algo que solo el amor puede lograr, sin embargo, quiero que sepas que aunque comparto los sentimientos de Anthea por ti, sus sentimientos y los míos son independientes la una de la otra, al menos ella ama la parte en que eres Cupido y aunque sabe que lo eres, aún está reluctante a aceptarlo — dice y se levanta, me da una última mirada — Mi tiempo prestado se acaba, déjame darte un último beso — dice, entonces me levanto del canapé y atraiéndola a mí, la beso. Este es el último beso a quien fue mi primer gran amor, el amor por el que me había vuelto loco y casi me había entregado a la locura, la mortal que en sus días atrapó todos mis sueños y deseos y la que por mucho tiempo que pase seguro que JAMÁS olvidaré.
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