-Buenas tarde, bienvenido a…- sus palabras quedaron en el aire al verme – Hola Richard – me dijo al verme. - Hola – le sonreí y me acerqué al mostrador en donde estaba la comida. - ¿Todavía tienes croissants? – pregunté, pero no vi ninguno. - Lo siento, pero justamente mi último cliente se llevó los últimos – me dijo un poco triste. Realmente tenía una gran hambre y no es que las cosas de la cafetería no me gustaran, pero realmente no quería cenar con unas galletas o un trozo de pastel, vi que Elisa ya no tenía el delantal que solía utilizar siempre que estaba en la tienda así que supuse que quizás estaba a punto de cerrar antes de que yo entrara. - ¿Ya casi cierra? – le pregunté. - Oh no importa, puedes pedir algo para comer si es que lo dices por mi tiempo – me dijo. - Si te soy s