—Lo hiciste bien hoy niña. Sé que puedo presionarte mucho, pero es sólo porque sé que puedes soportarlo—. —¿Lo suficientemente bueno como para enfrentarse a un oso?— Su risa tranquila vibró a través de su pecho y a través de mí, dibujando una pequeña sonrisa en mis labios. —Me siento mal por ese oso, pero sólo un poco—. Me dio unas palmaditas en la cabeza y dejó escapar un largo bostezo. —Lo harás bien niña. Sólo tenemos que asegurarnos de conseguirte un oso lo suficientemente grande—. —¿Me estás llevando a cazar osos; a mí, un ex humano que nunca había matado a una araña antes de todo esto, y te preocupa que no consiga un oso lo suficientemente grande?— Levi se rió un poco más y no pude evitar unirme a él. Toda la idea era absurda. Hace meses andaba por ahí con el pelo rubio decolorad