Expondría la manada. Lo sabía. Sabía que si seguía enviando gente a buscarme, yo sería la perdición de la manada. Jhon no se conformaría hasta tenerme a mí o a un cuerpo. Ningún certificado de defunción falso serviría, por mucho que Derek quisiera que creyera que resolvería las cosas. Odiaba la facilidad con la que mis dedos marcaban su número en mi sucio teléfono desechable. Odiaba este vino por hacerme sentir atrevida. Odiaba el miedo que creó en mi estómago. Y odiaba la parte de mí que extrañaba la forma en que solía abrazarme. Pero esa parte de mí fue rápidamente aplastada cuando pensé en Jhon cerca de Derek o Levi. Puede que Jhon sea humano, pero su ira era tan cruel como los dientes de Levi. Ellos eran mis amigos. El primer grupo de amigos que había tenido en mucho tiempo, y no e