—¿Quién dice que no estoy enojada?— Casi se atragantó con su bebida de tanto reír. Levi se limpió la boca, mientras esta cosa en mí se acercaba. Era como si se estuviera lamiendo los labios, riéndose en su propia locura retorcida. —¿Tu loba te ganó hasta el final y ni siquiera estás enfadada en lo más mínimo? Quiero decir, diablos, ¿ya sabes siquiera cómo se siente? —Por supuesto yo— —¡Mierda!— Se rió de nuevo antes de tomar un largo trago. Sus palabras resonaron en mi mente, derribando las mentiras que avanzaban para tomar su postura normal en la primera línea de mi jodida mente. Mentiras que dejé tumbar a Jhon mientras las cementaba, porque al parecer todo fue culpa mía también. —Deja de evitarlo y déjalo salir—. Levi dijo simplemente. Sacó un paquete de cigarrillos de su bolsillo t