• • • Esa noche volví a tener calor. Cuando desperté, tenía el pelo pegado a la cara y la camisa pegada a la piel. Las vibraciones salían de mi pecho agitado. Reverberaron con enojo mientras este extraño ruido salía de mi garganta. La cama tembló debajo de mí, como un escalofrío de miedo. Me sobresalté con un grito ahogado. Me agarré el cuello antes de llevarme la mano a la boca. Un escalofrío repugnante recorrió mi espalda. Levi estaba sentado en la silla de la esquina de mi habitación. Había una botella de Jack Daniel's en la mesa auxiliar junto a él y un revólver en la mano. Sus ojos brillaban intensamente, como dos lunas mirándome a través de la oscuridad. —¿Qué estás haciendo aquí?— exigí. No dijo una palabra. Simplemente ladeó la cabeza como si casi esperara que yo saltara de la